El presidente de Brasil, Michel Temer, autorizó la implementación de un escudo de seguridad sin precedentes en Brasilia, que permite incluso el derribo de aviones que violen el espacio aéreo delimitado como área de seguridad durante la investidura de Jair Bolsonaro, el próximo 1 de enero.
Así lo anuncia un decreto publicado en el Diario Oficial, que precisa que la medida tendrá una duración de 24 horas y solo será aplicada como último recurso si una aeronave "hostil" incumple las normas de defensa aeroespaciales.
La decisión de derribar la aeronave que se considere sospechosa será del Comandante de la Aeronáutica, informó la agencia de noticias EFE.
El decreto presidencial señala que las aeronaves consideradas sospechosas deben someterse a "medidas coercitivas progresivas", lo que implica una serie de avisos previos que, de ser ignorados, llevarán a disparos de advertencia y al posible derribo si se mantuviera la amenaza.
Aquellas aeronaves que evidencien algún tipo de agresión, o que se estén preparando "para atacar o lanzar artefactos bélicos" o "lanzar paracaidistas o tropas sin autorización" podrán inmediatamente ser clasificadas como hostiles y derribadas, agrega el texto.
Se consideran como aeronaves a aviones de alas fijas o rotativas, globos, dirigibles, planeadores, ultraligeros, aeronaves experimentales, aeromodelos, aeronaves remotamente pilotadas, alas delta y parapentes.
Para la investidura de Jair Bolsonaro como presidente de Brasil son esperados al menos una docena de jefes de Estado y de Gobierno y delegaciones de unos 60 países.
Entre los mandatarios, estarán el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y presidentes latinoamericanos como el boliviano Evo Morales, el colombiano Iván Duque, el chileno Sebastián Piñera, el hondureño Juan Orlando Hernández, el paraguayo Mario Abdo Benítez, el peruano Martín Vizcarra y el uruguayo Tabaré Vázquez.
También asistirán el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Souza; el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán; el primer ministro de Marruecos, Saadedine Othmani, y el presidente de Cabo Verde, Jorge Carlos Fonseca.