Al menos ocho personas murieron tras un operativo policial en la favela de Rocinha, la mayor de Rio de Janeiro (sudeste de Brasil), la mañana de este sábado, informó la policía de Rio de Janeiro.
"La Comisaría de Homicidios está investigando la muerte de ocho personas después de un enfrentamiento entre policías del Batallón de Choque (de la Policía Militar) y traficantes", informó la Policía Civil, que investiga el episodio.
La información divulgada hasta el momento es que seis personas baleadas fueron trasladadas por la mañana a un hospital de la zona pero no resistieron las heridas y murieron; y más tarde, habitantes de la favela trasladaron otros dos cuerpos.
La Policía Civil informó que los agentes de la PM involucrados en el tiroteo ya declararon ante los investigadores y que sus armas "serán incautadas". La PM -cuerpo policial encargado del orden y la seguridad- informó que durante la operación incautaron un fusil, seis pistolas y tres granadas.
La institución había actualizado a siete el número de "criminales" heridos que luego fallecieron en el hospital -además de los dos cuerpos llevados por los vecinos-, pero luego volvió atrás y afirmó que la policía socorrió apenas a seis personas.
Familiares de las víctimas declararon a la prensa local que sus parientes muertos no tenían vínculo con traficantes. "Mataron a mi hijo con un tiro en la espalda", afirmó al portal G1 el padre de Matheus da Silva Duarte de Oliveira, de 19 años.
Según su padre, Matheus no tenía vínculo con el narcotráfico y apenas estaba participando de un "baile funk", fiestas populares de la periferia carioca.
Unas 100.000 personas, la mayoría en condiciones insalubres, viven en la Rocinha, encaramada en una colina que domina la rica zona sur de Rio, entre los barrios de Gavea y Sao Conrado.
Desde septiembre, la policía intensificó las operaciones en la favela -inclusive con ayuda de militares-, después que aumentaran los enfrentamientos entre bandas que se disputan el control del narcotráfico.
Esta semana, durante otro enfrentamiento, un vendedor ambulante de 70 años y un efectivo de la PM murieron en medio del intercambio de disparos.
El recrudecimiento de la violencia en Rio llevó al presidente Michel Temer a decretar en febrero una polémica intervención militar para combatir la delincuencia.
El mandatario justificó la medida, inédita desde la restauración de la democracia en Brasil en 1985, argumentando que "el crimen organizado casi tomó el control" de Rio, y es "una metástasis que se propaga por el país".
Casi un mes después de decretada la intervención, la concejal Marielle Franco, que denunciaba la brutalidad policial en las favelas, fue asesinada junto a su chofer en pleno centro de la ciudad.
La muerte de esta activista negra, lesbiana y de origen pobre despertó la indignación de los brasileños, que salieron masivamente a las calles para protestar contra la violencia policial.