El secretario nacional de la Juventud, Bruno Julio, renunció después de festejar las muertes de reos en disturbios carcelarios.
Previamente había dicho que deberían morir más reos y que sería deseable una matanza de presos por semana. El problema con las masacres en las prisiones es que "no hay suficientes".
Al menos 31 presos fueron asesinados el viernes en el norte de Brasil por la pandilla criminal más grande del país. A algunos les arrancaron el corazón y las vísceras.
Días antes, casi 60 presos murieron en disturbios en la zona de Manaos, lo que generó miedo de que la violencia se extienda incluso a las calles.
En tanto, días después de las dos masacres carcelarias ocurridas en Brasil en la misma semana, el presidente de la República, Michel Temer, anunció la construcción de cinco nuevos centros penitenciarios para "líderes de alta peligrosidad".
La disputa entre dos organizaciones criminales rivales en Manaos, capital del estado de Amazonas, provocó la muerte de 56 presos y la fuga de casi 200 en la madrugada del domingo al lunes pasado. Y cinco días después se desató una nueva matanza, en la Penitenciaría Agrícola de Monte Cristo, en Roraima, en el norte del país, que terminó con la vida de al menos 33 internos.
Criticado por la tardanza en hacer declaraciones sobre estos sucesos, Temer finalmente abordó la cuestión públicamente durante una reunión con sus ministros en el Palacio de Planalto.
Hasta entonces, las reacciones oficiales se habían concentrado en el ministro de Justicia, Alexandre de Moraes, y en el gobernador de Amazonas, José Melo, quien no dudó en decir que "no había ningún santo" entre los fallecidos.
"Eran violadores, asesinos…", en un país donde buena parte de la población defiende medidas duras contra los criminales.
Según encuestas recientes, el apoyo a la pena capital se ha disparado del 31% al 49% en los últimos seis años. Y en línea con esa tendencia, el 57% de los brasileños dice estar de acuerdo con la afirmación "el bandido bueno es el bandido muerto", una frase que se repite en las calles.