En su campaña, Jair Bolsonaro se caracterizó por una retórica incendiaria, que buscaba la confrontación. Sin embargo, el presidente electo de Brasil trazó también un plan de gobierno, que sugiere el rumbo que puede tomar su gobierno.
Bolsonaro presentó sus principales propuestas en un documento titulado "Camino a la prosperidad" pero más conocido como "Proyecto Fénix".
Economía
La gestión de la octava economía del planeta es una gran incógnita de la futura presidencia de Bolsonaro. En su discurso inicial, el exmilitar llamó a "abrir el comercio" pero, a continuación, a "proteger al empresario local".
La elección de Paulo Guedes, un exponente del neoliberalismo clásico, como ministro de Economía da pistas sobre el camino a seguir. En su programa de gobierno, Bolsonaro acusa a los gobiernos anteriores de haberse excedido en el gasto público.
En ese sentido, la administración Bolsonaro intentará reducir el déficit primario por medio de un amplio plan de privatizaciones. Los recursos así obtenidos deberán ser destinados obligatoriamente al pago de la deuda pública.
El "Proyecto Fénix" no explicita cuáles serán las empresas a privatizar. Las compañías "megaestatales", con la petrolera Petrobras a la cabeza, concentran gran parte de la renta del Estado y cómo se las administrará continúa siendo un gran enigma.
Siempre con el objetivo de reducir el gasto público y disminuir el papel del Estado en la economía, Bolsonaro plantea una reforma tributaria que descentralice el pago de impuestos. Asimismo propone flexibilizar las condiciones de contrato de los trabajadores.
También mencionó la necesidad de efectuar una reforma en el pago de pensiones que conduzca hacia la capitalización del sistema: es decir, pasar del paradigma actual de que una generación paga la pensión de la otra al que sostiene que cada trabajador garantice su propio futuro.
Bolsonaro se comprometió a seguir con el programa Bolsa Familia, un esquema de subsidios a las familias con menores ingresos, que comenzó en 2004 y que disminuyó la pobreza extrema.
Diplomacia
Bolsonaro habló de un "nuevo Itamaraty", en referencia a la cancillería brasileña. Y tras vencer las elecciones afirmó que eliminaría el "tinte ideológico" de la diplomacia del país.
En ese sentido, reiteró su rechazo a los gobiernos de izquierda de Cuba y Venezuela y, en cambio, se manifestó dispuesto a acercarse a grandes países, como Estados Unidos, Israel y Corea del Sur.
Una vez garantizada la victoria electoral, el futuro ministro Guedes afirmó: "El Mercosur no será prioridad en nuestro Gobierno".
Educación
Bolsonaro afirmó que el principal objetivo del ministerio de Educación durante su mandato será transmitir "los valores de la familia" en la enseñanza. En su plan de gobierno, propuso que las universidades públicas deben generar avances técnicos para el país por medio de acuerdos con la empresa privada.
En entrevistas, además, abogó varias veces por el fin de los "cupos raciales", que se utilizan en Brasil para garantizar la integración en los centros de formación de personas de minorías, generalmente negros e indígenas.
Seguridad y derechos
Bolsonaro sostiene que la política de derechos humanos será redireccionada con prioridad "para la defensa de las víctimas de la violencia" y quiere reformar el Estatuto del Desarme que flexibilice las condiciones de compra de armas.
Además, propone "tipificar como terrorismo las invasiones de propiedades rurales y urbanas" y "retirar de la Constitución cualquier relativización de la propiedad privada".
También defiende la reducción de la edad penal, de 18 a 16 años, y la eliminación de los permisos temporales de los presos.
El primer viaje será a Chile
El primer destino internacional de Jair Bolsonaro, una vez que asuma como presidente, en enero de 2019, será Chile. Será en retribución al apoyo que el presidente Sebastián Piñera le dio a Bolsonaro y a su futuro ministro de Economía, Paulo Guedes, desde el primer momento de su campaña.
Según el especialista en historia diplomática de Brasil de la universidad FAAP de San Pablo, David Magalhaes, Chile "tiene una plataforma neoliberal desde la dictadura de Augusto Pinochet que es reivindicada por Bolsonaro, mientras que Guedes tiene como referencia a la escuela económica de Chicago".
“Es una señal hacia las relaciones con el Pacífico, países más liberales”, dijo al comentar la declaración de Guedes de que el Mercosur “no es una prioridad” para Bolsonaro.