Brasil sube impuestos y suma trabas al vino mendocino

El sector vitivinícola local ya expresa preocupación porque en el país vecino aumentará entre un 10 y un 30 por ciento el impuesto sobre las bebidas alcohólicas. El brasileño es el cuarto mercado de exportación de vinos locales.

Brasil sube impuestos y suma trabas al vino mendocino

Brasil no deja de sorprender y dar noticias negativas para el sector productivo de Argentina. Es que a la falta de competitividad que está teniendo la industria del vino por causas y decisiones internas del país se le suman las últimas medidas tomadas por el gobierno de Dilma Rousseff. El martes se dio a conocer que el mercado brasileño aumentará entre un 10% y un 30% el impuesto sobre bebidas alcohólicas, lo que podría afectar negativamente a las exportaciones de vinos.

Según los representantes de las entidades y empresarios del sector, en una industria donde la rentabilidad cada vez es más chica, esta nueva decisión afecta indudablemente en el margen de ganancia de las compañías; sobre todo aquellas que exportan vinos de media y alta gama.

Además de aumentar, cambiaron las condiciones y ahora el porcentaje del Impuesto sobre Productos Industrializados (IPI) se cobra por sobre el precio CIF (Costo, Seguro y Flete).  Daniel González, gerente general de ProMendoza, explicó que para las importaciones el IPI es tributable en el momento de la liberación aduanera, tomando como base imponible el valor declarado en Aduana correspondiente al CIF, más el impuesto de importación en el caso que el producto sea de extrazona o aún siendo originario de Argentina, no esté respaldado por el Certificado de Origen.

En este contexto, el importador paga este impuesto en el momento de la nacionalización de la mercadería, el cual puede ser debitado directamente de su cuenta corriente o de la cuenta corriente que el mismo indique o pagado directamente a la Receita Federal.

Es decir -continuó González- que para los vinos argentinos se paga sobre el valor CIF, que es el valor del vino puesto en el puerto de entrada de Brasil o bien en el depósito del importador. Hasta el momento, los vinos de hasta U$S 70 de costo (el 99,9% del total) pagan un monto fijo de IPI que ascendía a 0,73 reales por litro o bien 0,55 reales por botella de 750 ml. A partir de ahora se tributará un porcentaje, para vinos espumosos del 10% del CIF y para vinos tranquilos 20% del CIF (embotellados hasta 2 litros, de 2 a 5 litros y a granel).

Así, mientras más altos sean los precios de los vinos, mayor impuesto deberán pagar ya que se reemplaza un valor fijo de IPI de R$ 0,73 por litro (que pagaban casi todos los vinos sin importar el precio, con menor incidencia porcentual mientras más alto fuera su valor) por otro porcentual, de manera que mientras más caros son los vinos, mayor será el IPI a pagar y mayor la diferencia con lo que pagan actualmente.

Bajo este panorama, el gerente de ProMendoza señaló que indudablemente habrá un impacto en el precio de los vinos al consumidor final, ya que se encarece el valor de ingreso del vino a Brasil y sobre ese valor de entrada se aplican los márgenes comerciales de importadores, mayoristas y minoristas que, en el caso de Brasil, son muy altos, bastante más que en otros países.“Al repercutir en el valor final de góndola, que no se sabe cuánto será a ciencia cierta pero se habla de un 10% y un 15% de incremento, indudablemente implicará una reducción en el consumo de vinos, sobre un mercado bastante complicado ya por la recesión”.

Según datos del Observatorio Vitivinícola Argentino, Brasil representa el cuarto mercado en exportación de vino. Durante el primer semestre de 2015, se destinaron un total de 23,2 millones de dólares por un total de 6,01 millones de litros. A pesar de que cuando se comparan los datos con el mismo período 2014, la caída es del 4% en volumen y 7,4% en valor, este destino es de suma importancia por la cercanía que tiene y las relación de los países a partir del Mercosur. De hecho, los vinos argentinos son el segundo producto más importado por Brasil, después de Chile.

Para el gerente de Bodegas de Argentina, Juan Carlos Pina, esta medida afectará negativamente al sector y “es una pérdida más de competitividad teniendo en cuenta que en nuestro país no hay cambios económicos que solventen estas medidas”. Agregó que algunos países seguramente absorben este incremento para no desfasar sus precios pero “nosotros, que tenemos menor condiciones de soportarlo, no podremos hacerlo; salvo algunas empresas que tendrán que seguir sacrificando margen de ganancia”.

Sergio Villanueva, gerente de la Unión Vitivinícola Argentina, aseguró que el aumento de la alícuota del IPI afectará con dureza a los exportadores locales. “Se restringirá el consumo en Brasil y quedaremos en una situación muy delicada para competir”, coincidió.”Si bien la suba es pareja para todas las bebidas y todos los países que llegan a ese mercado, Argentina tiene el problema extra de la falta de competitividad por el dólar atrasado”, indicó el experto.

Por su parte, Susana Balbo, quien está exceptuada de su cargo como presidente de Wines of Argentina por su candidatura como diputada nacional de Cambia Mendoza, destacó que la cadena impositiva de Brasil es muy alta, y en algunos estados llega al 80%”. Por lo que Balbo aclaró que si a esto se le suma este nuevo aumento, para algunos productos va a ser impagable, muchos se quedarán en el camino, “por lo que va a ser nefasto para la comercialización”.

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