Brasil: las FFAA controlarán las favelas

La presidenta Dilma Rousseff decidió transferir el patrullaje de las barriadas pobres de Río -infestadas de narcotraficantes- de la policía a las Fuerzas Armadas. Unos 2.050 efectivos, con tanques y armas pesadas, permanecerán allí hasta después de la Cop

Brasil: las FFAA controlarán las favelas

Con vehículos blindados y camiones, las Fuerzas Armadas brasileñas asumieron ayer la seguridad de quince favelas en el complejo de Maré, en Río de Janeiro, cuando faltan poco más de dos meses para que comience el Mundial de fútbol.

Un total de 2.700 militares custodiarán este complejo de favelas en el sureste de la ciudad, considerado una de las zonas más peligrosas de Río de Janeiro y al mismo tiempo un punto estratégico cerca del aeropuerto internacional, que estaba siendo controlado por facciones rivales de narcotraficantes.

Las favelas fueron ocupadas el pasado domingo en una gran operación de la policía, con 1.500 efectivos, y seis días después, ayer, los militares tomaron el relevo de la seguridad.

Los militares comenzaron la incursión pasadas las 6 hora local y esta ocurrió sin incidentes.

"Los militares, compuestos principalmente de paracaidistas y fusileros navales, ocuparon regiones dominadas por milicias de -las bandas- Comando Vermelho y Tercerido Comando Puro. No hubo ninguna detención ni enfrentamiento", explicó el portavoz.

Las Fuerzas Armadas permanecerán en el área hasta el 31 de julio, dos semanas después de la final del Mundial de Fútbol, cuando entregarán la zona pacificada a la policía.

"Espero que mejore esto aquí", comentó una mujer que no quiso identificarse, en las cercanías de una "boca de Fumo", o mercado de drogas, en un callejón que era revisado por los soldados, en Parque Uniao, una de las favelas del complejo.

"Ah, esto es sólo hasta la Copa. Cuando acabe la Copa, esto -la presencia del Ejército- termina y vuelve a lo mismo de siempre", dijo poco convencida una señora de 73 años, que apenas se identificó como Eulalia.

Los vecinos se resistían a hablar con los periodistas por miedo a represalias del narcotráfico, que ya antes atacó a personas que dieron notas a la prensa.

La presidenta Dilma Rousseff expresó su respaldo a la operación la noche del viernes: "Las Fuerzas Armadas una vez más demuestran su compromiso con la Nación y la seguridad de los habitantes de esta región", dijo a través de la red social Twitter.

"Estamos listos para desempeñar esta misión", aseguró por su parte el ministro de Defensa, Celso Amorim, que viajó a la zona.

La fuerza ocupadora la componen 2.050 efectivos de la Brigada de Infantería paracaidista, 450 de la Marina y 200 de la Policía Militar (PM), en sustitución de los 1.500 policías que habían ocupado la favela el domingo pasado, sin resistencia ni incidentes.

En esta semana de ocupación, la policía reportó 36 enfrentamientos con presuntos delincuentes, con un saldo de 16 muertos y 8 heridos, además de 118 detenidos.

En las operaciones de seguridad en la favela fue decomisado numeroso armamento: 50 pistolas, 50 fusiles, 2 ametralladoras, 24 granadas y más de 1.000 municiones.

También fueron decomisados cerca de 25 kilos de cocaína, 1.000 de marihuana y 5 de crack, informó ayer la Secretaría de Seguridad Pública. La Policía Federal dijo haber decomisado un cargamento de armas que iba dirigido a la resistencia de las bandas en la Maré, según O Globo.

Punto estratégico

El complejo de Maré es un territorio de 10 km2 con 130.000 habitantes, situado cerca del aeropuerto internacional de Galeao, y controlado por facciones rivales de narcotraficantes.

Sus quince favelas bordean las principales rutas de acceso que conectan el centro de Río de Janeiro, por donde transitarán decenas de miles de turistas durante el Mundial que comenzará en Brasil en 68 días, entre el 12 de junio al 13 de julio.

Desde 2008, con miras al Mundial y los Juegos Olímpicos de 2016 en Río, las autoridades han ocupado decenas de favelas e instalado 38 Unidades de Policía Pacificadora (UPP), que vigilan 174 de estas barriadas pobres, con 9.500 policías.

Pero la violencia retornó en los últimos meses, con una ola de ataques atribuidos al crimen organizado, que se resistía a perder sus últimos reductos, y ocho policías fueron asesinados este año.

El gobierno de Río pidió ayuda al Ejecutivo de Dilma Rousseff, para garantizar la seguridad en esta ciudad que es una de las principales de las 12 sedes de la Copa del Mundo. Agencia AFP

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