El presidente Michel Temer quedó ayer más debilitado y con menos aliados en el Congreso, a partir de la denuncia en su contra del fiscal general, Rodrigo Janot, que lo acusó por corrupción, obstrucción de la justicia y asociación ilícita, en medio del nuevo tsunami del escándalo brasileño derivado de la revelación de las delaciones de los empresarios de JBS, el frigorífico más grande del mundo, que incluyen el pago de sobornos.
Un día después de negar su renuncia frente al avance de las negociaciones, Brasil vivió ayer otra jornada plena de sorpresas por las relaciones inconfesables entre empresarios y políticos y la financiación de la política: si la delación de 77 ejecutivos de Odebrecht era una muestra de corrupción explícita, la de JBS es lo más parecido a la “porno-política”.
Relatos de sobornos y pagos ilegales que incluyen a Temer, a los ex presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff y a los ex candidatos presidenciales Aecio Neves y José Serra -canciller hasta hace un mes-, coparon los televisores y pantallas de los brasileños con la divulgación de los videos de las delaciones de los magnates Joesley y Wesley Batista, hoy en Estados Unidos.
O Globo pide renuncia
En una jornada en la que el diario O Globo, editado por el mayor conglomerado de medios de América Latina, lanzó un editorial online a media tarde pidiendo la renuncia de Temer, el presidente se refugió en el Palacio del Planalto para hablar con aliados y hacer las cuentas sobre su permanencia en el Congreso.
El mercado financiero, que ayer se recuperó luego de la caída del jueves, apuesta al mantenimiento del ministro de Economía, Henrique Meirelles, para capitanear una eventual transición en caso de una caída de Temer.
Un nuevo empujón contra Temer lo dio el juez de la corte Edson Fachin, a cargo de la Operación Lava Jato en el Supremo Tribunal Federal (STF), con el quiebre del secreto de sumario del caso, en el cual autorizó el inicio de una investigación contra Temer, grabado -sin saberlo- por el empresario Joesley Batista en marzo, a quien recibió en su residencia, el Palacio do Jaburú.
En el expediente, el fiscal general de Brasil, Rodrigo Janot, acusó al presidente Temer de corrupción, obstrucción de la justicia y de actuar junto con el senador suspendido Aecio Neves a favor de interrumpir el avance de la investigación de la operación Lava Jato.
La acusación forma parte del expediente sobre la delación del grupo frigorífico JBS y de la investigación aceptada por el Supremo Tribunal Federal, cuyo contenido fue divulgado ayer por la alta corte.
Batista grabó a Temer cuando le contó que mantenía con sobornos al ex presidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, hoy preso, a lo que el mandatario respondió, según se escucha en la grabación: “Eso tiene que continuar”.
En tanto, el senador y ex candidato presidencial Neves fue grabado por Joesley, a quien le dijo que estaba negociando con Temer y el nuevo juez de la corte Alexandre de Moraes para cambiar la cúpula policial en busca de frenar la Operacón Lava Jato.
Moraes, ex ministro de Temer y del partido de Neves, reemplazó al juez Teori Zavascki, fallecido en un accidente de aviación.
El director de Relaciones Institucionales de JBS, Ricardo Saud, dijo a la justicia que Temer recibió unos 5 millones de dólares en 2015, cuando era vicepresidente, para reducir problemas de la empresa con el fisco y con los pagos de impuestos en diferentes estados del país.
Saud dijo que Aecio Neves, cuya hermana y primo fueron presos el jueves, recibió 20 millones de dólares de sobornos en 2014 a cambio de haber trabajado a favor de la reducción de impuestos de la empresa y subsidiarias de JBS en su estado, Minas Gerais.
El "préstamo" a Neves
El pago de un soborno de 2 millones de dólares para Neves fue filmado y seguido por una entrega controlada por la policía federal. El senador suspendido dijo ayer que se trató de un préstamo.
El movimiento político frente a la caída de los principales tres partidos, el PMDB de Temer, el PSDB de Neves y del ex presidente Fernando Henrique Cardoso, y el PT de Lula y de Rousseff fue incesante ayer en Brasilia y San Pablo.
Para el martes, la Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados agendó una reunión para estudiar una enmienda constitucional para anticipar elecciones, algo que le conviene a Lula, favorito en las encuestas. Pero antes, mañana domingo, habrá marchas en todo el país para pedir la salida de Temer del cargo.
Pero el núcleo que hasta ayer apoyaba a Temer y al PSDB busca que se cumpla el rito, en caso de renuncia, de que el presidente de Diputados, Rodrigo Maia, asuma por 30 días y en ese lapso convoque a elecciones indirectas hechas por el Congreso, para elegir un presidente “tapón” hasta el 31 de diciembre de 2018.