La variedad de playas y paisaje es la característica distintiva de la costa brasileña. Algunas están preparadas para que disfrutar de una estadía en familia sea un placer y otras suelen recibir las visitas de grupos de amigos, que viajan sin la compañía de niños y están abiertos a otro abanico de posibilidades, como las zonas más rústicas, las de deportes extremos y las que tienen una movida nocturna importante.
A la hora de un viaje familiar, Guaruja es una gran opción. Ubicada en la costa del estado de Sao Paulo, es conocida como la Perla del Atlántico y brinda opciones para todos. Tiene playas increíbles, una infraestructura moderna y una ciudad que conjuga eventos culturales, paseos turísticos y construcciones históricas para admirar. Con este panorama, no hay motivo para que algún integrante del grupo se aburra.
El lugar es perfecto para hacer un recorrido y conocer varias playas. Algunas son urbanas y otras están más escondidas y tienen accesos por senderos. Es el caso de la de Tombo, que presenta un mar agitado, ideal para practicar surf. La de Enseada, la más grande de la región, es buena para los deportes náuticos. Para un día de relax, una gran idea es visitar la playa de Pitangueiras, con aguas tranquilas, perfectas para sumergirse. Para disfrutar en grupo, en la de Pernambuco se puede practicar kayac, vela y bodyboard.
Muchas familias prefieren no estar tantas horas en la playa, y Guaruja es ideal para ellas, ya que invita a hacer otras actividades. Se pueden realizar paseos de ecoturismo, como la caminata, el ciclismo, el rapel y el parapente. Es imprescindible pasar por los Senderos del Dragón, caminos por los que se puede estar entre 3 y 9 horas a pie. Por esa ruta es posible conocer ruinas y fortalezas históricas, ferias de artesanías y el acuario de agua salada más grande de Sudamérica, el Acqua Mundo.
En el norte de Brasil, la Playa do Futuro es otra excelente opción para conocer en familia. A pocos kilómetros de Fortaleza, es indicada para hacer actividades acuáticas y reconocida por todas las facilidades que tiene en sus paradores. El viento hace que la zona sea ideal para practicar deportes como vela y surf. Las playas son amplias y en todas hay servicios, indispensables para una estadía con chicos. Se pueden encontrar piletas, guarderías, restaurantes y distintas actividades para los más pequeños. Además hay muchas mesas, para compartir en grupo, y escenarios para presentaciones musicales y espectáculos humorísticos.
Al estar relativamente cerca del centro, es posible visitar Fortaleza para recorrer sus ferias y deslumbrarse con las artesanías. El Mercado Central es una visita obligatoria. Los turistas pueden alojarse en la ciudad o en la playa, con numerosas opciones de acuerdo a los gustos y al dinero del que se disponga.
También en el norte, 60 kilómetros al sur del centro de Recife, está la playa de Porto de Galinhas, famosa por sus aguas cristalinas, que forman durante la marea baja grandes piscinas naturales en los arrecifes. Allí se pueden observar coloridos peces a simple vista, o adentrarse en las profundidades del mar por medio del buceo. El pueblo tiene pocos habitantes y todos los hospedajes están ubicados sobre la playa, por lo que llegar hasta el agua solo requiere de unos pasos. La infraestructura es muy buena y la mayoría de los hoteles cuenta con espacios de recreación, juegos y propuestas de actividades para todas las edades. Por las calles de Porto de Galinhas se pueden ver las tiendas de moda y artesanía típica, o parar en los bares y restaurantes. Una linda excursión es la llamada Ponta a Ponta, que recorre el pueblo de un extremo a otro a bordo de un buggie.
Si el plan es ir con amigos, existen otras opciones para explorar en Brasil. Una idea es visitar Ilhabela, conocida como la Capital de la Vela, un archipiélago que tiene 150 kilómetros de costa. Con más de 40 playas, es una aventura intentar explorarlas todas. Algunas cuentan con amplia infraestructura y otras están desiertas. La zona es ideal para los buceadores, los aventureros que quieren recorrer costas rocosas, paseos ecológicos y cascadas, y los amantes de los deportes náuticos. Estos últimos pueden encontrar su lugar en Praia da Fome, Praia da Serraria y Praia do Veloso. Los que buscan tranquilidad y piscinas naturales pueden visitar la Cachoeira do Gato. Para la noche, la recomendación es ir a la Praia de Mareias, en São Sebastião, donde la música y el baile son la regla en los bares y restaurantes. De día la playa es ideal para practicar surf y está rodeada por casas y sofisticados hoteles. Las discotecas y los bares garantizan el entretenimiento.
Y en el sur del país se destaca Sepultura, una pequeña playita en Bombinhas, estado de Santa Catarina. Este sitio es ideal para la práctica de snorkel, tiene poca profundidad y los peces toman contacto con los visitantes. La misma Bombinhas es una playa para que los chicos jueguen con las pequeñas olas que se forman en esta bahía.
A unas pocas cuadras se encuentra Retiro dos padres, una estrecha playa reservada para los abuelos, los nietos y el resto de la familia. Olas bajas, agua templada y sol todo el día. El alojamiento está muy cerca de la playa, que cuenta con un complejo gastronómico y además dispone de camping para los más aventureros.