Brasil, sexta economía del mundo y con el desempleo en mínimos históricos, aumentó en 137% los permisos de trabajo otorgados a extranjeros en los últimos tres años, entre los que lideran españoles, portugueses y chinos, informó el Ministerio de Trabajo.
Ese crecimiento de los extranjeros "está totalmente vinculado a la demanda laboral en Brasil y a una mayor oferta de profesionales en el mercado internacional, debido a la crisis", dijo ayer el coordinador de Inmigración del ministerio de Trabajo, Paulo Sergio de Almeida.
En 2012, Brasil otorgó 5.832 permisos de trabajo temporales por hasta dos años a profesionales extranjeros que suscribieron contratos con empresas en el país.
"Esos profesionales son altamente calificados y vienen a Brasil a ejercer profesiones en las áreas de gerencia y supervisión de empresas que demandan conocimiento", según el ministerio.
De estos, 848 eran portugueses (+81% que un año antes), 471 españoles (+51% sobre 2011) y 608 chinos (+24%).
"Portugueses y españoles -dos países que han sufrido de lleno la crisis europea- fueron la inmigración para trabajo que más creció en Brasil en el último año", explicó Almeida.
El número de españoles con permisos de trabajo en Brasil se ha multiplicado por cuatro desde 2009, y el de portugueses por ocho, explica.
Las cifras no contemplan a los vecinos de la región, ya que los ciudadanos del Mercosur (Argentina, Paraguay, Uruguay, Venezuela), además de Chile, Bolivia, Colombia y Perú, no requieren de permisos para trabajar en Brasil, explicó.
Ecuador está en fase final para entrar en esa categoría, añadió Almeida.
A pesar de que la economía sólo creció un estimado de 1% en 2012, Brasil cerró el año con mínimo histórico de desempleo de 4,6%, considerado prácticamente pleno empleo.
Las empresas y el gobierno no esconden que hay falta de mano de obra especializada, que Brasil quiere importar.
España, que en diciembre alcanzó un 26% de desempleo (4,98 millones de desempleados), ha expresado interés en debatir con Brasil "la posibilidad de facilitar la obtención de visados", según informó el embajador, Manuel de la Cámara antes del viaje de la presidenta Dilma Rousseff a España al final de 2012.
Fuentes del Gobierno brasileño han indicado que el país estudia una reforma en la ley de inmigración para posibilitar la recepción de profesionales, en áreas en las que falta mano de obra especializada.
