Veinticinco policías fueron condenados a 624 años de prisión cada uno por estar involucrados en la matanza en la cárcel de Carandirú en 1992, que dejó 111 prisioneros muertos en la mayor tragedia carcelaria en la historia de Brasil.
"Hubo inequívoco abuso de poder", aseveró el juez Rodrigo Tellini de Aguirre Camargo, durante la lectura de la sentencia ante la prensa en San Pablo.
Estos 25 policías -de los cuales nueve aún están en actividad- fueron responsabilizados por el fallecimiento de 52 presos.