Saltó a la fama del deporte argentino como un niño prodigio (tenía 16 años) y su sacrificada historia, desde crecer en el seno de una familia con carencias económicas hasta aprender a lanzar la jabalina en condiciones inverosímiles, llamó tanto la atención como sus esperanzadores resultados. Cinco años pasaron y Braian Toledo ya es una realidad entre adultos. A los 21 se codea con los mejores y viene de superar, dos veces en cinco meses, la barrera de los 80 metros, distancia clave para aspirar a grandes cosas a nivel mundial. La última ocasión fue este domingo, en los prestigiosos Kuortane Games de Finlandia. Lanzó 81,13 para quedarse con el quinto puesto y llegar con todavía más confianza al Mundial de Atletismo en China, que para él comenzará el 24.
“Es un resultado muy importante porque me indica que rápidamente puedo volver a mejorar”, dice el pibe de Marcos Paz, que venía de tirar 77,68 m en los Panamericanos, sin poder repetir la medalla de Guadalajara 2011.
“En Toronto no quedé conforme ni contento con el lanzamiento y el cuarto puesto. No fue un buen día. Pero lo bueno es saber que a veces las marcas no salen y uno tiene que recuperarse. Lo logré ahora y es importante volver a rozarme con el máximo nivel. En Finlandia hubo siete de la élite mundial y eso me ayuda, como también el hecho de estar haciendo una muy buena preparación”, analiza Toledo.
Braian ya había impresionado este año, más precisamente en marzo, cuando lanzó 82,90 en el Sudamericano disputado en el Cenard, logrando su mejor marca de siempre y la clasificación para su primer Mundial de mayores. “Fue muy importante para empezar el año con confianza y porque nunca había podido superar los 80 metros. A veces son barreras muy pequeñas y llevan un tiempo, una maduración, un trabajo... Tengo recién 21 años y el pico en mi especialidad se alcanza a partir de los 26 y hasta los 30 o 32. Por eso no hay desesperación. Lo bueno es ir mejorando y disfrutando de lo que me gusta”, explica desde Holanda, a donde regresó para seguir la preparación para el Mundial. “Estamos en el Centro de Entrenamiento de Papendal con Germán Chiaraviglio y Germán Lauro. Y estamos trabajando muy bien”, informa.
-Será tu primer Mundial de mayores. ¿Cómo se siente?
-Estoy muy ansioso, con muchas ganas de aprender, de hacer experiencia, pero a la vez poder conseguir una buena marca y continuar con los buenos resultados.
-¿Cuál es tu objetivo realista para el Mundial? ¿Llegar a la final? ¿Es posible?
-Siempre digo que todo es posible, que no hay imposibles. Creo que si tengo un buen día es probable que pueda meterme en la final, que es mi gran meta en este torneo.
-¿En qué momento de tu carrera estás? ¿Sentís que estás cerca de algo grande?
-Con el nivel y los resultados que alcancé en marzo y ahora en Finlandia siento que ya estoy para las grandes citas, como la Diamond League o este Mundial. Es cuestión de paciencia para que lleguen los grandes resultados. Ya van a llegar...”
Braian es un chico muy agradecido con el entorno que lo vio nacer y ayudó a llegar a donde está hoy.
Por eso, por intermedio del programa Huella Weber, eligió ayudar a los chicos más carenciados de Marcos Paz, como fue él hace no hace tanto. “Me da mucho placer y felicidad poder ayudar. Me da mucho orgullo este programa porque permite sacarles una sonrisa a los chicos de mi barrio. Y eso es impagable”, cuenta con emoción.
Competir y ayudar. Dos verbos que hacen sentir pleno a una estrella lista para explotar.