Boy Scouts of America (BSA), una de las mayores organizaciones juveniles de Estados Unidos, se declaró en quiebra para atender las demandas por abusos presentadas contra miembros de esa asociación.
BSA presentó el documento en el tribunal de bancarrotas del distrito del estado de Delaware, en un momento en que la organización se enfrenta a cientos de demandas por abuso sexual por parte de sus afiliados y a una reducción drástica del número de asociados.
Al ser presentada esta declaración de bancarrota, quedan suspendidos todos los litigios civiles contra la ONG que afectan a miles de presuntas víctimas de abusos.
Precisamente, BSA celebró el 110 aniversario de su constitución el pasado 8 de febrero y, al presentar sus cuentas, aseguró que contaba con un pasivo de entre 100 y 500 millones de dólares y sus activos no llegaban a los 50.000.
Quiebra
Según BSA, la declaración de quiebra, que se acoge al Capítulo 11 del Código de Bancarrotas estadounidense, tiene dos objetivos clave: "compensar equitativamente a las víctimas que fueron dañadas durante su permanencia en los Scouts y continuar cumpliendo su misión en los años venideros".
"BSA tiene la intención de utilizar el proceso del Capítulo 11 para crear un fideicomiso de Compensación de Víctimas que proporcionaría una compensación equitativa a los afectados", agrega a través de un comunicado.
Según medios estadounidenses, la organización cree que más de 7.800 de sus exlíderes han estado presuntamente involucrados en abusos sexuales a más de 12.000 niños en el transcurso de 72 años.
Mones, quien formó parte de un equipo legal que ganó una sentencia de 18,5 millones de dólares contra BSA en un caso de abusos, ha asegurado que las presuntas víctimas que tenían demandas pendientes ahora necesitarán presentar denuncias en el tribunal de bancarrota.