Amado Boudou y el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, protagonizaron hoy un momento algo tenso durante el saludo del vicepresidente a los miembros del gabinete nacional, en el marco de la conmemoración del Día de la Independencia, en Tucumán.
La frialdad con que Randazzo recibió el apretón de manos y el beso de Boudou, procesado en la causa Ciccone, fue inocultable.
Visiblemente incómodo, Randazzo aceptó el saludo de Boudou, tras finalizar el discurso que el titular del Senado pronunció en el teatro Mercedes Sosa adonde asistió en reemplazo de la presidenta, afectada por una faringolaringitis.
Las cámaras oficiales registraron que, al acercarse Boudou a Randazzo para saludarlo, el ministro hizo un gesto de sorpresa y preguntó"¿Cómo?" tras lo cual vicepresidente repitió sus palabras tomando de los hombros al titular de Interior y acercando su cara para darle un beso.
De esta manera, el vicepresidente logró sólo una tibia sonrisa del titular de la cartera del Interior, el único miembro del gabinete nacional que no oculta sus aspiraciones presidenciales.
La estridente alocución del vicepresidente, quien reivindicó a las figuras de Juan Domingo Perón, a la primera mandataria y al fallecido ex presidente Néstor Kirchner, no logró conmover a Randazzo, quien dejó entrever un rictus de fastidio en distintos tramos del mensaje por el festejo patrio.
El resto del elenco gubernamental que estuvo presente en el acto, mantuvo una actitud casi indiferente durante el discurso del funcionario procesado, segundo en la línea de sucesión.
Es así que se vio aplaudir poco y sin energía al jefe de Gabinete Jorge Capitanich y a los ministros del Justicia, Julio Alak; Ciencia y Tecnología, Lino Barañao; Salud, Juan Manzur; Industria, Débora Giorgi, Turismo, Enrique Meyer; Educación, Alberto Sileoni; de Agricultura, Carlos Casamiquela y de Seguridad, Cecilia Rodríguez.
Igual actitud adoptaron los titulares de ambas cámaras del Congreso, el senador Gerardo Zamora, y el diputado Julián Domínguez.