Mientras fue director de la imprenta de billetes Ciccone Calcográfica, entre 2010 y 2012, Alejandro Paul Vandenbroele intercambió varias comunicaciones con dos teléfonos fijos que se usan para acceder desde la distancia a la intimidad del sector presidencial de la Casa Rosada. Uno de ellos pertenece a la Secretaría de la Presidencia de la Nación. En el mismo lapso, esas líneas también cruzaron llamados con Amado Boudou. Lo comprobó la Justicia.
Esa coincidencia es una de las tantas pruebas que el juez Ariel Lijo dio a conocer en el escrito de 333 páginas de los autos de procesamiento del Vicepresidente. En el fallo hay otros ejemplos documentados, del mismo tenor, que indican que la Casa Rosada está comprometida en la trama del caso Ciccone.
Los contactos telefónicos de Vandenbroele con la Casa Rosada, por ejemplo, forman parte de la serie de pruebas que Lijo enumeró para demostrar que el ex director de la imprenta trabajaba en coordinación con Boudou. El Vice niega conocerlo.
En la página 262 del escrito de procesamiento del Vice, el juez dice que la séptima prueba que muestra que Boudou y el acusado de ser su testaferro operaban en conjunto es que “tanto Vandenbroele como Boudou registran varias personas en común con las que se comunicaron telefónicamente”.
El magistrado agrega después que, “específicamente, el abonado usado por Vandenbroele o, cuya titularidad está a nombre de T.O.F., y el abonado utilizado por Amado Boudou (1167937222) realizaron y/o recibieron llamadas telefónicas”. El magistrado revela que, entre otros contactos comunes que encontró entre ellos, estaban “los abonados 1143443600 de la Secretaría General de Presidencia de la Nación y 1141312300 de la Secretaría de Presidencia de la Nación”.
El juez Lijo procesó el viernes a Boudou y a su socio, el millonario José María Núñez Carmona, porque dice tener probado que se adueñaron de la imprenta de billetes Ciccone Calcográfica para hacer negocios con el oficialismo y el Estado.
Aunque Cristina Kirchner no es investigada en esta causa judicial, los hechos demuestran que avaló al menos uno de los contratos multimillonarios con el Estado que consiguió The Old Fund, que, según Lijo, era de Boudou.
En abril de 2012, cuando el caso Ciccone ya estaba siendo analizado por la Justicia de la Argentina y Uruguay, la Casa Rosada aprobó políticamente que esa empresa sospechada imprimiera 410 millones de billetes de cien pesos, un trabajo por el que el Gobierno le pagó alrededor de 160 millones de pesos.
A eso se suma que, durante el segundo semestre de 2010, The Old Fund se había encargado de imprimir las boletas electorales que el Frente para la Victoria usó en las elecciones presidenciales de 2011.
Por ese contrato, el oficialismo le pagó a la sociedad que controlaba Ciccone más de 12 millones de pesos.
Por último, en julio de 2012 la Presidenta le pidió a las mayorías oficialistas en el Congreso que aprobaran un proyecto de ley que estipulaba la estatización de Ciccone Calcográfica.
La AFIP, el Banco Central, la Casa de Moneda y el Ministerio de Economía son solo algunos de los organismos de primera línea que participaron del caso Ciccone.
¿La Presidenta nunca supo quién estaba detrás de esa empresa tan codiciada para sus funcionarios?
¿La Casa Rosada contrató para hacer billetes de cien a una compañía que pertenecía al Vice?
¿Cuando la estatizó sabía quiénes eran sus dueños?
¿Por qué nunca se informó nada oficial al respecto?
A pesar de la trascendencia institucional que tuvo y tiene el caso Ciccone, la Presidenta jamás dijo algo respecto: ni sobre el proceso judicial ni sobre la situación procesal de su Vice. Nada.
Varias de las vinculaciones concretas entre el Gobierno y esa sociedad, como se ve, fueron públicas.
Ahora se conocen otras. Por ejemplo: en la página 262 del auto de procesamiento de Boudou, Lijo cuenta que encontró en el libro “IVA Rentas” de The Old Fund que el 23 de setiembre de 2011 la empresa dejó constancia de haberle facturado a la Jefatura de Gabinete de Ministros un trabajo por $ 3.349.606. El jefe de Gabinete en esa época era Aníbal Fernández.
El propio juez relata que tanto la Casa Rosada como la Oficina Nacional de Contrataciones no encontraron en sus registros la existencia de ese pago a The Old Fund.
El Gobierno nunca contó oficialmente que el magistrado le haya pedido explicaciones al respecto.
La Justicia también tiene pruebas de que José María Núñez Carmona, socio y amigo íntimo de Boudou, tuvo llegada a Balcarce 50 durante “fechas clave” de la operatoria de desembarco de The Old Fund en Ciccone. Un dato: Lijo comprobó que, durante esos días de 2010, “la antena del celular” de Núñez Carmona “dio más de mil veces en Casa Rosada”.