Lo mejor que le puede pasar a Godoy Cruz en este momento es que termine el año, se tome unas merecidas vacaciones y se prepare para un 2017 que será movidito.
El equipo había mejorado después de un arranque algo flojo, haciéndose fuerte en casa principalmente, pero en los dos últimos partidos retrocedió y sumó dos derrotas dolorosas ante equipos inferiores y que arrastraban una serie prolongada sin triunfos.
Ante Temperley el equipo del Gallego Méndez no pudo plasmar la idea. A pesar de haber recuperado a dos hombres clave como Facundo Silva y Maxi Correa, el funcionamiento estuvo lejos del esperado. Apenas un remate desde afuera de “Pol” Fernández como única llegada clara. Después, poco y nada.
El Tomba había zafado de la presión inicial del Gasolero, pero no pudo acorralarlo y tampoco llevar peligro al arco defendido por Matías Ibáñez. El circuito de generación de juego no estuvo a la altura y salvo algunas buenas intenciones de “Pol” y las ganas de Maximiliano Correa, no logró despegar.
Se intentó, por supuesto, pero lejos del nivel que puede tener este equipo. Sin abusar del pelotazo, la “marca registrada” de salir jugando desde el fondo tenía como contra la falta de precisión en los pases en la mitad del campo y la ausencia de movilidad para poder doblegar la marca del rival. Así fue muy difícil abastecer al solitario Ayoví.
Con este esquema de un solo hombre de punta es necesario que los volantes puedan llegar junto al ecuatoriano y también que los laterales, Abecasis y Benítez, suban por sorpresa por sus sectores para romper líneas y lanzar centros. Contadas con los dedos fueron las ocasiones que lo hicieron y cuando llegaron, no tuvieron precisión en la búsqueda de un compañero adentro del área.
Tampoco funcionaron las variantes que introdujo el DT para cambiar la imagen del equipo en la parte final. Ni Carabajal ni Angileri y tampoco Giménez, pudieron romper con el mal momento y cayeron en la misma bolsa que sus compañeros, sin poder aportar nuevas ideas o intenciones para levantar el nivel colectivo.
La derrota duele, como todas, y más cuando se consuma en los minutos de descuento. El punto servía para sumar, pero lo más importante es que el funcionamiento sigue estando lejos del ideal. Méndez lo sabe y por eso quizá su fastidio se note más en las últimas semanas. Mucho se dice de su continuidad, pero el único que tiene la verdad es él de cara a otro año histórico para el club, con su tercera participación en Copa Libertadores de América.
Será tiempo de poner la pelota contra el piso. De renovar las fuerzas y por eso nada mejor que el parate de fin de año que se aproxima. También será momento para que los dirigentes hagan el máximo esfuerzo para reforzar a este plantel, que tiene mucha calidad, pero que se queda corto y será muy riesgoso no hacerlo. Como dice el tango, borrón y cuenta nueva.
Algarrobal será filial de Godoy Cruz
El viernes pasado se firmó un convenio entre el Deportivo Algarrobal de Las Heras y Godoy Cruz Antonio Tomba que establece al club Ladrillero como nueva filial del Tomba.
En dicha reunión estuvieron Daniel Oldrá, por parte del Expreso y los coordinadores del Diablo Darío Merlo y Hugo Moreno, el presidente Jorge Guerra, el vicepresidente Gustavo López, el secretario Cristian López, el tesorero Rafael ‘Cacho’ Rosas, el protesorero Jorge Godoy y los colaboradores Sergio Bersachi, Pedro Quintero y Gustavo Merlo.
La finalidad del mismo será que Godoy Cruz podrá preparar a los entrenadores y profesores, potenciar a cada jugador del club lasherino, realizar pruebas permanentes y entrenamientos a cargo de los DT del Expreso, y por último, a los jugadores que seleccionen poder llegar a un convenio con los mismos.