Gestado hace muchos años, pero recientemente abierto a mendocinos y turistas, el enorme laberinto de arbustos plantados en 2003 en honor a Jorge Luis Borges crece en el sur de Mendoza y se podrá apreciar con todo su esplendor en una serie de capítulos a filmarse para el Canal Encuentro, en homenaje al célebre escritor argentino.
Desde el sur de Mendoza, en la antigua finca Los Alamos (construida en 1830 en San Rafael) un enorme recorrido de casi dos hectáreas hecho con 8.000 arbustos boj (ingleses) sorprende a los visitantes, tanto por el diseño de sus senderos como por toda la historia y belleza natural que lo rodea.
Ignacio Aldao, uno de los dueños y encargados de la finca donde se ubica el laberinto borgeano, dijo sentirse conforme por estos primeros meses de apertura al público: “ahora empezamos la etapa de añadir contenido con folletos y cartelería que explique por qué este laberinto está en San Rafael y que este sitio sea sede y trampolín para muchos eventos culturales”, dijo Aldao.
El laberinto fue diseñado por el inglés Randoll Coate y forma, con sus ya altos arbustos, un gigantesco libro abierto con senderos que dibujan dos veces el nombre completo del escritor, algunos de sus símbolos preferidos como el bastón y el reloj de arena, y las iniciales de su ex mujer, María Kodama.
Este laberinto surgió gracias al empuje de Camilo Aldao, que supo recuperar el diseño y sueño de Coate y hacer realidad el paseo y sellar allí la amistad que su tía abuela también fallecida, Susana Bombal, tenía con el escritor.
Aldao comentó que a fines de junio se comenzará a filmar una serie de capítulos para Canal Encuentro con coproducción del canal mendocino Acequia, para difundir este sitio en todo el país; con la participación de escritores que recordarán la obra de Borges y sus visitas a esta casona del sur mendocino allá por los años 50 durante su amistad con la escritora.
La historia de su creación es también laberíntica y mágica dado que Coate (amigo de Susana Bombal y de Borges) soñó en Londres en 1979 que Borges había muerto, y que su amiga en común le pedía diseñar un laberinto en homenaje al escritor, lo que más tarde durante la vigilia hizo.
Este diseño fue donado por Coate a la Fundación Internacional Jorge Luis Borges y llegó a manos de María Kodama a través de Camilo Aldao, hasta que el paisajista Carlos Thays lo plasmó con arbustos que fueron plantados en el 2003 en San Rafael.
Hoy esas plantas miden 1.80 metros y la gente puede jugar y perderse allí mientras observa el magnífico diseño desde una gran torre de hierro, espacio aéreo del lugar a modo de moderno mangrullo que permite contemplar los senderos de 100 por 70 metros y disfrutar del magnífico diseño desde sus 18 metros de altura.
“La idea es que los eventos culturales tengan mayor resonancia y que escultores, escritores, dramaturgos o gente ligada al arte se fundan con el lugar y sea un espacio cultural. Que sepan que los artistas que nos llamen van a encontrar en nosotros ganas de apoyarlos”, aseguró Aldao.
Al cumplirse el 14 de junio los treinta años de la muerte del escritor argentino, el laberinto de San Rafael tendrá presencia durante los próximos meses en el Centro Cultural Kirchner (CABA), donde se expondrá una maqueta y un documental con toda su historia.