Durante todo 2018 la media de los trabajadores va a perder cerca de $22.000; a cada empleado le quitaron prácticamente un salario -actualmente es de $25.339 según datos oficiales-. El bono de $5.000, acordado por el gobierno, solo cubre un pequeña parte de los $ 22.000 que han perdido los trabajadores registrados.
Si en lugar de tener en cuenta el salario medio tenemos en cuenta el salario promedio los números son más alarmantes, ya que la pérdida por trabajador es de cerca de $45.000 y el bono no llega a cubrir ni 10% de esa pérdida. Por lo que este bono de $5.000 es un paliativo; es una medida del gobierno -acordada con gremios y empresarios- que nada aporta para resolver el problema social y económico generado por el programa económico neoliberal llevado a cabo por la alianza Cambiemos.
Además hay que tener en cuenta que este bono sólo lo cobran los asalariados formales, es decir 48% de los trabajadores; el 52% restante -en lo que se incluye a los trabajadores informales y cuentapropistas- no recibe esta cifra y resulta igualmente afectado por la inflación y la caída del mercado interno.
La aplicación del bono representa el 0,2% del PBI pero no alcanza ni para alivianar la caía de la actividad económica del 2,5%. Y si bien puede ser que una parte de los fondos se vuelquen al mercado interno, es probable que un alto porcentaje de esos fondos no se destinen al consumo, sino al pago de deudas. El endeudamiento familiar ha crecido 8,4% en el último año y las familias están teniendo mayores inconvenientes para pagar esas deudas -3,6% de los créditos tienen irregularidades según informe del BCRA-. La inflación, los tarifazos, la pérdida del poder del adquisitivo y las altas tasas de interés han generado que una gran cantidad de argentinos tenga mayores complicaciones para pagar sus deudas.
Además hay que tener en cuenta que el fondo que entra al bolsillo de los empleados sale de la caja del empresario, y como vimos anteriormente es probable que no todos los fondos se vuelquen al consumo, por lo que el círculo virtuoso de la economía no se activa; no hay estimuló a la inversión ni a la generación de empleo; solo un paliativo para pasar el tranquilo el G20 y tal vez las fiestas.
Este paliativo si bien es un apoyo escaso para el trabajador, tiene perjuicios para las micro y pequeñas empresas; la cuales emplean 30% de los trabajadores registrados.
Para muchas de estas empresas es casi imposible afrontar a fin de año el pago de salarios, aguinaldos y el bono de $5.000 -aún con financiamiento subsidiado al 45%-.
Por eso digo que el bono es un paliativo para pasar el G20, después se verá cuantas empresas lo pueden pagar; eso sí sin Trump y Lagarde en la puerta de la casa.