Dos fondos especulativos en litigio con Argentina alegaron ante la Corte Suprema de Estados Unidos que se trata de un país "rico" como para "honrar sus obligaciones", de acuerdo a documentos.
En la presentación de 45 páginas, los fondos nucleados en el grupo NML, pidieron a la Corte Suprema que no reconsidere la decisión de un tribunal inferior de Nueva York, que fuerza a Argentina a pagar bonos en manos de entidades que se niegan a sumarse a las reestructuraciones de la deuda del país.
En un alegato presentado el miércoles, los fondos rechazaron la noción de que tal decisión podría llevar al país a un nuevo default, y afirmaron que "Argentina es un país rico del G20, con amplios recursos para honrar sus obligaciones".
Según el documento, la idea una nueva crisis económica en Argentina por causa de estos bonos es una "hipérbole sin base".
Al mismo tiempo, los fondos recibieron el apoyo de cinco jueces federales y un ex Fiscal General (secretario de Justicia) durante el gobierno de George W. Bush, Michael B. Mukasey, quienes presentaron un documento conjunto ante la Corte Suprema.
En un texto de 15 páginas, los letrados justificaron su apoyo a los fondos especulativos alegando que "Argentina desafiará las decisiones de esta Corte o cualquier otra Corte estadounidense si considera su aplicación onerosa o inconveniente".
"Argentina ha declarado pública y repetidamente que no cumplirá con órdenes judiciales en este caso y en otros", argumentaron los firmantes del documento.
Argentina y los fondos especulativos que se niegan a sumarse a las reestructuraciones de la deuda del país traban ante la Corte Suprema estadounidense una batalla legal con implicaciones que van más allá de las partes, porque podría condicionar futuras reestructuraciones de deuda.
Argentina reorganizó en dos canjes, en 2005 y 2010, el 93% de su deuda en cesación de pagos desde 2001, con grandes pérdidas de hasta 67% del capital para los tenedores.
Sin embargo, los llamados "fondos buitre" porque compraron la deuda ya en default, como NML y Aurelius, decidieron no sumarse a la reestructuración de la deuda y pasaron a pleitear en los tribunales el cobro de 100% de los títulos en su poder.