Son los “héroes anónimos”, aquellos que muchas veces ni siquiera salen en las fotos de los diarios o las imágenes de televisión. Pero que son los protagonistas de muchas de las buenas noticias.
Como cada 2 de junio, se conmemora hoy el Día del Bombero Voluntario y son estos personajes mendocinos los que recuerdan y se emocionan con su día a día.
En Mendoza hay cuarteles de bomberos voluntarios en Godoy Cruz, Luján, Maipú, Las Heras, Guaymallén, Lavalle, Palmira (San Martín), Tunuyán, San Carlos, Bowen (Alvear), Villa Atuel y Salto las Rosas (San Rafael). Asimismo están muy avanzados los trámites para su creación en Ciudad y en Los Árboles (Rivadavia).
Además de tareas de rescate e intervenciones en siniestros de todo tipo, muchos de estos grupos encabezan campañas solidarias que incluyen desde colectas de alimentos y ropa hasta visitas a comedores comunitarios.
Gustavo Tiritera (42) ha pasado 30 años de su vida como bombero voluntario en Luján. “Empecé a los 12 como cadete. Esto es un hobby peligroso, es como ser parapentista, te tiene que gustar mucho”, agrega el actual comandante del grupo.
“Me picó el ‘bichito’ en los 80, viendo un desfile en Luján. Me llamó la atención ver que en el carro iba un nene con el uniforme de bombero. Le dije a mi papá que quería ser bombero”, recuerda.
La mayoría de las salidas en el cuartel de Luján suelen estar vinculadas con accidentes a las salidas de boliches (especialmente en la Panamericana y el Acceso Sur) y a incendios forestales. “Son durísimas esas experiencias, pero estamos preparados para eso. Yo le pido a los muchachos que nunca dejemos de ser humanos, y que el día que pierdan esa cualidad, dejen de ser bomberos”, continúa.
Tiritera rememora episodios que difícilmente logre olvidar. “Con 13 años me tocó ver mi primer cadáver. No pude dormir por una semana. Otro momento triste fue un 21 de setiembre. Me tocó estar cara a cara con el padre de un chico de 17 años que había desaparecido en el dique Cipolletti, otro episodio muy común para nosotros. Nos quebramos los dos”, confiesa.
“Todos los muchachos que están acá tienen sus trabajos aparte, porque somos voluntarios. No queremos el reconocimiento de un sueldo. Pero sí el de los gobiernos, que nos ayuden con el equipamiento. No son cosas para nosotros, sino para la sociedad” agrega Gustavo, y aclara que un porcentaje voluntario de las tasas municipales se destinan a los bomberos. Se trata de algo optativo, que cada vecino decide invertir.
“Hay miles de anécdotas y experiencias. La mayor satisfacción que tenemos es la de ver concluido nuestro trabajo. Siempre damos más de lo que podemos. No hay nada como regresar a casa al final del día con la seguridad de haber hecho nuestro trabajo de la mejor forma”, sintetiza.
En ese mismo cuartel trabaja desde hace cuatro años Marcelo Rosales (37). Además es licenciado en Seguridad e higiene, da clases en una escuela secundaria y trabaja en la Municipalidad de Luján.
Tampoco sale de su asombro ante el cariño y respeto de la gente. “Al primer desfile que me tocó, no tenía muchas ganas de ir. Pero cuando llegué y escuché los gritos de los niños, sentí un orgullo que nunca había sentido. Algo que no se puede explicar con palabras”, agrega.
“Los bomberos voluntarios deberíamos seguir así. No creo que debamos cobrar un sueldo, porque se transformaría en un trabajo de oficina y se perdería la mística de lo voluntario”, agrega.
Uno de los más jóvenes en el cuartel es Marcos Lucero (20), quien desde los 5 años ha pasado su vida inmiscuido en el lugar. “Mi tío también está acá. Prácticamente, he pasado toda la vida adentro del cuartel. Tanto me gustó que hoy no puedo estar sin el cuartel, me lo sacan y me vuelvo loco. Mi confianza, mis amigos; todo lo tengo acá”, explica emocionado.
Alejandra García, en tanto, tiene 27 años y lleva más de cinco años como bombera voluntaria en el cuartel de Godoy Cruz. Al referirse a su día a día, destaca que lo que más le gusta de su labor es que es “emocionante”.
“Hay gente que piensa que estar en el cuartel es perder el día. Pero no es así. Siempre estamos a la expectativa de lo que pueda ocurrir”, agrega la joven que -además- trabaja como administrativa.
“Ponerse en el lugar del otro, que la gente sepa que puede contar con nosotros para lo que sea, esa es la mejor remuneración”, sigue. En sus años como bombera voluntaria ha participado de distintos operativos: “Los más comunes son los de rescate de perros en el zanjón del Corredor del Oeste”.
Pero también recuerda procedimientos más tristes. “Dos de los más duros fueron un accidente entre un auto y un micro. Y el rescate de un cadáver en un zanjón”, sentencia.
Centro de entrenamiento
El Sistema Nacional de Bomberos Voluntarios cuenta con más de 900 asociaciones que nuclean a 40.000 bomberos en todo el país.
En su día, la Fundación Bomberos de Argentina lanza la campaña “Doná tu metro cuadrado para el Centro de Entrenamiento para Bomberos”. Con los fondos recaudados se construirá el primer espacio dedicado a la instrucción y capacitación gratuita de los bomberos de todo el país.
Para colaborar, se puede aportar a la Cuenta Corriente 0170-00615/4 del Banco Comafi (CBU 29900178 01700061540008) o visitar www.fundacionbomberos.org/dona.