Al menos dos personas murieron hoy en un ataque contra la sede de la ONG británica Save the Children en Jalalabad, feudo de insurgentes en el este de Afganistán, cuatro días después de un asalto talibán a un gran hotel de Kabul.
Catorce personas resultaron heridas, pero el balance podría agravarse a medida que se inspeccione el lugar donde se produjo el ataque.
Al menos dos hombres participaron en el ataque que comenzó pasadas las 9 con la explosión de un coche bomba en la calle donde está la sede de Save the Children.
Tras la explosión dos o tres hombres, entraron en la sede de la organización, según indicó el portavoz del gobernador de la región, Ataulá Jogyani.
"Según nuestras primeras informaciones, los asaltantes llevaban uniformes de las fuerzas de seguridad", precisó este portavoz, .
"Los combates han terminado. Las fuerzas de seguridad están llevando a cabo operaciones de limpieza" del local. "Según las informaciones de que disponemos hasta ahora, hay un muerto civil así como un soldado fallecido, además de 14 heridos, que han sido llevados a un hospital", agregó.
El cuerpo de una de los asaltantes fue descubierto en el lugar, y otro fue abatido por las fuerzas de seguridad, dijo el portavoz, aunque no precisó exactamente el número de atacantes.
La operación no fue reivindicada. Los talibanes comunicaron en Twitter que no eran responsables del ataque. "Nuestros muyahidines no están implicados en el ataque de Jalalabad", afirmó el portavoz talibán Zabiulah Mujahid.
"He oído una enorme explosión. Parecía un coche bomba. Nos hemos puesto a cubierto y he visto cómo un hombre armado con un lanzacohetes disparaba contra la puerta principal para entrar en el recinto", contó Mohamad Amin, que logró escapar saltando por la ventana y fue hospitalizado por heridas en una pierna.
Más de una hora después del inicio del ataque, hacia las 10 un empleado de la organización, parapetado en el interior del local, se comunicó con un amigo a través la red WhatsApp.
"Estoy vivo, recen por mí. Escucho al menos dos atacantes en el segundo piso, nos están buscando", escribió
"Llamen a las fuerzas de seguridad", rogó el empleado en su mensaje.
Poco antes, otra persona presente en el interior de las instalaciones afirmó que los disparos continuaban.
"Oigo tiros procedentes del interior del recinto, podría tratarse de un ataque complejo", indicó ese testigo desde el edificio.
Una espesa nube negra proveniente de dos vehículos en llamas, uno de ellos de la oenegé, cubría la zona donde se produjo el atentado.
El atentado tuvo lugar cuatro días después del ataque contra un gran hotel de Kabul, reivindicado por los talibanes, que dejó más de veinte muertos, de los cuales 14 extranjeros, dos de ellos venezolanos.
El ataque contra el hotel tenía como objetivo los residentes extranjeros, según los sobrevivientes.
En los últimos meses hubo "numerosas amenazas" en Jalalabad, pero no específicamente contra extranjeros, indicaron fuentes occidentales en la ciudad.
Jalalabad, capital de Nangarhar, en la frontera con Pakistán, alberga a gran cantidad de talibanes y de miembros del grupo yihadista Estado Islámico, que convirtieron varios distritos de esa provincia en sus bases en Afganistán.
El último atentado en Jalalabad, ocurrido el 31 de diciembre y perpetrado con una moto bomba en un funeral, dejó 18 muertos.
La oenegé Save the Children, que ayuda a los niños que trabajan en la calle, está presente en Afganistán desde 1976.