El nuevo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmó ayer que el país "comenzó a liberarse del socialismo", prometió reducir el tamaño del Estado, anunció reformas económicas y convocó a la población a "recuperar valores familiares" al despreciar la "ideología de género".
Al tomar posesión como trigésimo octavo presidente de la historia de Brasil, el excapitán del Ejército garantizó que respetará "los principios del Estado democrático de derecho y la Constitución".
También defendió darle prioridad a la cultura "judeo-cristiana", y su primera acción como presidente fue agradecer el apoyo a su colega de Estados Unidos, Donald Trump, a quien dice que admira.
Lágrimas
El hombre que promete dar un viraje hacia la extrema derecha con nuevas prioridades en la composición de los intereses de Brasil, lloró durante toda la ceremonia de asunción al lado de su esposa, Michele, traductora de lenguaje de señas, y del vicepresidente, general Hamilton Mourao.
Como lo había hecho durante la campaña y sus 28 años de parlamentario, Bolsonaro, del Partido Social Liberal y de 63 años, mantuvo su tono anticomunista al hablar ante sus seguidores en el Palacio del Planalto, tras recibir la banda de su antecesor, Michel Temer.
"Hoy comenzó Brasil a liberarse del socialismo, del gigantismo estatal y de lo políticamente correcto; las elecciones les dieron voz a personas que no eran escuchadas", dijo Bolsonaro ante la multitud que coreaba "Mito" y "El capitán llegó".
Bolsonaro también le dio un mensaje al derrotado Partido de los Trabajadores (PT) del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, preso por corrupción: "Nuestra bandera jamás será roja, sólo será roja si es necesario defenderla con nuestra sangre", dijo.
En tanto, en una carta de Año Nuevo divulgada por el Partido de los Trabajadores, Lula afirmó: "No vamos a bajar la cabeza ni dejar que nos saquen la alegría de vivir, siempre tuvimos coraje de luchar y tenemos coraje para recomenzar".
Lula está detenido en la sede de la Policía Federal en la ciudad sureña de Curitiba desde el 7 de abril. El PT colocó como reemplazo de Lula a Fernando Haddad como candidato, que perdió ante Bolsonaro en segunda vuelta.
Manifestantes reclamaron la libertad de Lula en la noche de Año Nuevo frente a su lugar de detención y acusaron al ex juez Sergio Moro de haberlo sentenciado sin pruebas para dejarlo fuera de la liza electoral.
Círculo virtuoso
Sin grandes definiciones económicas, Bolsonaro trazó el rumbo que preparó durante la transición con su superministro, el financista neoliberal Paulo Guedes, que busca aprobar en el Congreso una reforma del sistema jubilatorio y como apuesta máxima crear un sistema de capitalización como el chileno.
Bolsonaro ofreció dos discursos. El primero, en el Congreso, adonde llegó emocionado a bordo de un Rolls Royce de 1952 vivado por sus seguidores en la Explanada de los Ministerios.
En ninguno de los dos nombró al Mercosur, por lo que es el primer presidente que omite al bloque sudamericano desde 1994.
En el ámbito económico, dijo que promoverá "reformas estructurales que serán importantes para la sustentabilidad de las cuentas públicas".
El excapitán agregó que, para sanear las cuentas, su gobierno no gastará más de lo que recauda, pero, aun así, cumplirá todos los contratos.
Bolsonaro afirmó que el ajuste fiscal para sanear las cuentas públicas es necesario para estabilizar la economía e impulsar su crecimiento.
“Necesitamos crear un circulo virtuoso en economía que genere confianza y estimule no sólo nuestro mercado sino también el comercio internacional con todos los países y sin amarras ideológicas”, añadió.
También sostuvo que el sector agropecuario, responsable de la mayoría de las exportaciones brasileñas, tendrá un papel decisivo en su gobierno. Al respecto aclaró que apoyará a los productores rurales pero "en consonancia con la preservación ambiental".
En el plano social, el nuevo mandatario, que tuvo un fuerte respaldo de las iglesias evangélicas y posturas muy conservadoras sobre temas como aborto, entre otros, dijo, tras jurar que en su gobierno se respetarán todas las religiones "pero se mantendrá la tradición judeo-cristiana".
Antifeminista
Y, en un párrafo destinado a la polémica con los sectores feministas, aseguró que luchará "contra la ideología de género". Su gobierno, agregó, pondrá fin a "prácticas nefastas" que condujeron a Brasil a la mayor crisis ética y moral de su historia.
"Esa irresponsabilidad nos condujo a la mayor crisis ética, moral y política de nuestra historia", afirmó Bolsonaro al ratificar su compromiso con el combate a la corrupción, que fue uno de los ejes de su campaña presidencial. Por ello uno de sus ministros es Sergio Moro, el juez que condenó a Lula en la Operación Lava Jato y que estará a cargo de Justicia y Seguridad.
Trabas
Gary Hufbauer, del Instituto Peterson de Economía Internacional, un grupo de expertos con sede en Washington, dijo que un desafío central para Bolsonaro será reducir el gasto y las prestaciones, lo que no es tarea fácil dada la composición del Congreso y los intereses arraigados.
"Bolsonaro necesita algunos éxitos rápidos para empezar con el pie derecho con la gente y las élites políticas", aseveró Hufbauer, quien agregó que, si no lo hace, probablemente Bolsonaro vea reducida su luna de miel política a seis meses.
El Partido Liberal y Social de Bolsonaro controlará 52 escaños de los 513 que conforman la cámara, el segundo mayor grupo tras el Partido de los Trabajadores. Michael Shifter, presidente del centro de estudios Dialogo Interamericano, cree que el presidente tendrá problemas para conseguir cambios importantes.