Bolsonaro: impactos del cambio

No se puede discutir que los efectos de este cambio político en el país vecino tendrán un enorme impacto en todo el Cono Sur de América.

Bolsonaro: impactos del cambio
Bolsonaro: impactos del cambio

En gran medida, la aparición de  políticos no convencionales como Jair Bolsonaro, votados por las mayorías populares, responden a que tanto el populismo de izquierda como el progresismo en general que hegemonizaron políticamente América del Sur en los anos anteriores, no han podido ofrecer una respuesta a las grandes demandas de estos tiempos. Y sobre estas falencias se apoyó Bolsonaro, logrando convencer a importantes sectores sociales de que él puede ser la solución, aunque eso está por verse, porque diagnosticar su existencia no es igual a tener el remedio para ellas.

Por ende, si bien el interés inmediato y acuciante tanto para nosotros como para Brasil es la economía y el voto está relacionado con ella, aún así no conviene perder de vista las demandas de orden y seguridad de las poblaciones, especialmente las más humildes, avasalladas por todo tipo de delincuencia. Y tampoco a las exigencias de castigo a la corrupción, en particular a los estropicios cometidos por las elites políticas y empresariales que tanto en Brasil como en la Argentina han abusado en extremo del poder para su enriquecimiento personal o corporativo.

No hay dudas que nuestros países tienen serios problemas de seguridad, mejor expresado, de crecimiento del delito y el crimen en todas sus formas. El narcotráfico ha introducido la acción del crimen organizado, del cual el lavado de activos salta a ojos vistas de quien sepa y quiera observar cómo funciona nuestra sociedad. El tráfico de drogas a través de fronteras muy extensas y laxas, requiere una especial colaboración entre los países vecinos para, al menos, frenar el flagelo. Como el foco del delito de la Triple Frontera.

Por cierto que el  gobierno de Cambiemos está empeñado contra el delito en sus diversas formas siendo posible que un programa de cooperación intensa con Brasil y Paraguay, pueda mejorar, hacer más eficiente, la labor de las fuerzas de seguridad.
Sobre la corrupción no hace falta extenderse, luego de que pasados varios años la justicia  argentina parece tomar en cuenta  el Lava Jato brasileño. Posiblemente la designación del Juez Sergio Moro como Ministro de Justicia  del nuevo gobierno, tenga influencia, en especial para que lleguen los antecedentes del caso Odebrecht a la Argentina.

Otra demanda de la sociedad muy  difícil de abordar por sus aristas conflictivas, pero que sería torpe ignorar, es el asunto del orden público. Que en nuestro país está particularmente concentrado en la ciudad de Buenos Aires, lugar donde a diario reina el desorden de los cortes de calles, piquetes y manifestaciones de todo tipo. Los grupos que provocan estas situaciones  son siempre los mismos, especies de organizaciones del desorden, cuyas prácticas van desde un corte de calles, acampes, ollas populares, a la violencia desatada frente al Congreso, cuando pretenden impedir la sanción de alguna ley.

Por último, el problema de la inmigración fue soslayado, incompresiblemente, durante años, por todos los gobiernos, siendo la Argentina  el país de América Latina con mayor proporción de inmigrantes, corriente que se acreciente en forma constante. Será inevitable que en algún momento el problema sea abordado con la importancia y trascendencia que realmente tiene, fijando políticas que permitan una inmigración ordenada que impida la proliferación de la ilegalidad.

En resumen, los problemas que se han planteado en la elección de Brasil no son ajenos a los problemas que nosotros tenemos en casa.

En lo inmediato será en la economía donde estarán puestos los ojos de todos, dada la intensa relación existente entre nuestros países. En lo cual hay varios aspectos a tener en cuenta, siendo el principal que Brasil viene de dos años de recesión intensa y nosotros hemos entrado en una de ellas. Es previsible que en Brasil haya una reactivación a partir del nuevo gobierno, de ser así ello beneficiará las exportaciones argentinas.

Tanto Bolsonaro como el ministro que designó en Economía, han expresado una clara definición en favor de una economía de mercado abierta y competitiva, de respecto por la propiedad privada y la libre iniciativa. Señalando en forma contundente que el Mercosur, tal como está, es un fracaso económico.

Se abre un nuevo tiempo. Debemos prepararnos para él.

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