La Defensoría del Pueblo y la Iglesia católica de Bolivia llamaron ayer a transitar con calma los últimos días previos a las elecciones generales del domingo 20, tras los disturbios ocurridos en el cierre de la campaña de Evo Morales, otros episodios de violencia y sospechas de fraude.
"No se pueden volver a repetir hechos lamentables como los ocurridos la última semana en eventos públicos, políticos y cívicos, en los que se han evidenciado actos de discriminación, racismo y violencia física y psicológica", afirmó la Defensoría en un comunicado citado por los diarios Página Siete y Los Tiempos.
Asimismo, la Iglesia advirtió que “estas elecciones lamentablemente se celebran en un clima de desconfianza por el temor de una posible manipulación del proceso electoral?, en un comunicado de la Conferencia Episcopal Boliviana leído esta mañana en misa por su secretario general adjunto, José Fuentes, según ambos periódicos.
La tensión en la recta final de la campaña tuvo un pico el sábado, cuando Morales cerró su campaña en Potosí, donde desde hace una semana hay una huelga general en demanda de mayores regalías mineras para la región y la derogación de un decreto que autorizó el ingreso de una empresa alemana para la explotación del litio.
Mientras el mandatario daba su discurso hubo choques entre manifestantes potosinos y militantes del partido oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) que dejaron al menos seis heridos y fueron dispersados por la policía con gases lacrimógenos, según el diario El Deber.
Morales lamentó los disturbios y afirmó que “algunos grupos” quieren “hacer un golpe de Estado” en caso de que él gane las elecciones.
La última encuesta de intención de voto, publicada ayer por la firma privada Ipsos, vaticinó el triunfo de Morales tanto en la primera vuelta como en el balotaje.