A pesar de la restricción que establece que a los boliches solamente se puede entrar a partir de los 18 años, es sabido que los menores ingresan igual.
Según dueños y encargados de boliches, es muy frecuente que los chicos sub 18 presenten documentos falsos o de hermanos en la entrada, lo que les dificulta el control.
Por esta razón, consultados por este diario, se mostraron a favor de la propuesta de multar a los padres de menores que sean encontrados en locales bailables para mayores. La iniciativa forma parte del proyecto del Ejecutivo para modificar la Ley de Diversión Nocturna, que el último viernes ingresó a la Legislatura.
Los montos de las sanciones para los padres van desde $ 3.836 a $ 11.502, pero en caso de reincidencia pueden llegar a $ 19.168 y (según del caso) hasta 10 días de arresto.
“Me parece perfecto multar a los padres, porque generalmente culpabilizan a los boliches y muchos chicos llegan con documentación trucha y nosotros no tenemos forma de detectarlo”, expuso Ricardo ‘Tito’ Bustos, empresario de la noche desde hace 24 años y actualmente dueño de Cariló, Queen, La Reserva, Estación Miró y Treinta y Pico.
Según aseguró, hay gente que se dedica a fabricar este tipo de documentación apócrifa. “También tenés a muchos que entran con el documento del hermano”, añadió.
Según su visión, para que este tipo de situaciones no suceda hay que actuar desde la casa. “El padre debe enseñarle lo que es correcto y lo que no, el empresario de boliche no tiene nada que ver con ese tema”, remarcó.
En ese sentido, señaló que si ellos dejan entrar a un menor porque presentó documento falso y luego es descubierto por un inspector, deben pagar los “platos rotos” porque los menores niegan que se les pidió DNI.
Facundo Alonso, propietario de Ciudad de Dios, tiene una visión similar. “Frecuentemente entran menores con documentos falsos o de los hermanos, ya que uno no tiene cómo identificarlos a simple vista”, contó. Lo peor, para él, es que cuando los encuentran, ellos son los culpables.
“Hace poco me pusieron un acta por dos semanas y la verdad que es injusto ya que yo no soy policía para reconocer si es menor”, expuso. Por esta razón, aprueba las multas a los padres: “Que se hagan cargo ellos de lo que hacen sus hijos”.
Santiago Ardito, encargado de Al Sur, también mostró su conformidad con la iniciativa del Gobierno. “Me parece bárbaro que se culpe al padre si su hijo entra a un boliche cuando está prohibido, ya que siempre es el bolichero el que carga con la culpa”, señaló.
Más allá de este punto, ve como necesario una modificación a ley actual de Diversión Nocturna. “Hay que adecuarla a la situación que estamos viviendo en el país: los chicos cada vez entran más tarde y ya vienen tomados de la casa”, destacó.
Un pedido generalizado de los empresarios del rubro, más allá de sus opiniones sobre las modificaciones puntuales, es que se controlen todos los boliches por igual y no sólo algunos: “Ley pareja no es rigurosa”, deslizaron. Asimismo, se mostraron abiertos a ser llamados por los legisladores para dar sus puntos de vista sobre el proyecto.
Responsabilidad parental
Fabián Manzur, presidente de la Asociación de Salones de Fiestas de Mendoza, explicó que en el Código de Faltas de la provincia existe una norma conocida como “ley de guarda”, que reza que el padre de un menor de edad es responsable de todos los actos que su hijo lleve adelante en la vida pública.
“Pero lamentablemente no se aplica, por lo cual nosotros tratamos de impulsarla en el proyecto de ley para que la cosa pueda funcionar”, aseguró el hombre que también se desempeña como director del Centro de Congreso y Exposiciones.
De acuerdo a su experiencia y a la de sus asociados, las mayores complicaciones en los salones se dan con los chicos que llegan después de las 12 de la noche, “porque vienen con la previa ya hecha y muchas veces quieren entran sin ni siquiera estar en la lista”, denunció.
Por esta razón, recomienda que los padres lleven a sus hijos a las fiestas, se bajen de los vehículos para verificar que están entre los invitados y que no se vayan hasta que ingresen. “Que se hagan responsables e incluso sugerimos que nos dejen un contacto por si hay inconvenientes. Es una forma de cuidar a los chicos”, recalcó.
Hablan los padres
Inés Robles (45), mamá de una adolescente de 15 años, se enteró por una nota periodística del 27 de abril de la propuesta de multar a los padres.
“Primero me pareció excesivo, pero después me llevó a reflexionar bastante sobre mi rol como mamá”, reconoció. Para ella sería más fácil aceptar todos los deseos de su hija, pero con esta normativa “te obligan a ponerte firme”.
“Uno piensa ‘cómo no voy a dejarla ir a un boliche si todas sus compañeras menores van’, pero con esta multa se va generando una cadena de responsabilidad más bien forzosa que lleva a que se fomenten las actividades para su edad”, explicó.
Si bien Lucía Fernández todavía no tiene hijos en edad de salir a bailar, sabe que próximamente deberá estar más atenta a las reglamentaciones de Diversión Nocturna.
“Los míos tienen 10 y 12 (años) y pensando en su futuro me parece muy bien que se multe a los padres, ya que por estos días hay mucho libertinaje y una multa es una forma de que los padres tomen la rienda de la vida de sus hijos”, manifestó, agregando que hay un exceso de confianza hacia los adolescentes.
“Tiene que ver con que muchos padres están ocupados trabajando o viviendo sus propias vidas en lugar de ocuparse como corresponde”, remarcó.
Distinta es la visión de Fabián García, papá de tres hijos -dos de ellos menores de edad-: “Creo que aplicar multas en dinero no es la solución porque los hijos de las personas más adineradas van a seguir saliendo porque no les va a costar pagar las multas”, aseguró.
Para él, en cambio, se deberían aplicar solamente sanciones a través de tareas sociales, aspecto que la ley prevé salvo para casos de reincidencia.
A cargo de Seguridad
El proyecto de ley sobre “Diversión Nocturna y regulación de eventos públicos y/o privados” prevé un cambio de la autoridad de aplicación, ya que establece que el Ministerio de Seguridad se encargará de su cumplimiento en lugar del de Salud, Desarrollo Social y Deportes.
En su primer artículo, establece: “Créase en el ámbito de la Subsecretaría de Relaciones Institucionales, dependiente del Ministerio de Seguridad u organismo que en un futuro lo reemplace con igual competencia, la Dirección de Control de Eventos y Locales de Esparcimiento, encargada de la implementación, coordinación y reglamentación del Programa de Diversión Nocturna”.
Así, tal como indicó el secretario de Relaciones con la Comunidad, Néstor Majul, los inspectores saldrán del personal civil del Ministerio de Seguridad e irán con uniformados para fortalecer el control de los locales.
Además, esta nueva ley, que retoma varios puntos de la vigente, endurece las penas para los infractores. Así, permite el cese inmediato de la actividad del boliche o salón, e incluso la clausura si han ingresado menores o si les venden alcohol.
Lo mismo si se excede el factor de ocupación -la cantidad de personas que puede haber en el local- declarado en la habilitación municipal. También se controlará que haya agua potable en los baños y que no se corte a cierta hora.