Para exportar a los monopolios que comercializan vinos en los países nórdicos, 63 bodegas mendocinas adhirieron a una iniciativa internacional para asegurar el cumplimiento de buenas condiciones laborales, no sólo en sus propios establecimientos sino de sus principales proveedores. Se trata de un programa de Amfori, una organización que nació en Bruselas hace 40 años y nuclea a 2.300 supermercados y cadenas de comercialización en todo el mundo, y a unos 20 mil productores que los abastecen.
En América Latina son 686 los proveedores que se han sumado, 90 de ellos argentinos (63 mendocinos). En la provincia, se trata de reconocidas bodegas que le venden a monopolios nórdicos -de Suecia, Finlandia, Noruega y Dinamarca- que buscan asegurarse de que el producto que van a distribuir y comercializar es de excelente calidad, pero también de que en el proceso de elaboración se respetan los derechos laborales de las personas y no hay ningún tipo de abuso.
Estos compradores comparten con sus proveedores el código de conducta de BSCI (Business Social Compliance Initiative), para que adhieran y luego se realiza una auditoría, que culmina con una calificación, que va de la letra A a la E. Esta verificación -no es una certificación propiamente dicha- también se extiende a la cadena de abastecimiento. Concretamente, al proveedor clave de materia prima.
Jimena Sánchez, la representante para América Latina de esta entidad, resaltó que la adhesión al código, además de ser un requisito que le piden los clientes, funciona como una herramienta de gestión del riesgo por parte de las organizaciones, ya que les ayuda a reducir la posibilidad de recibir denuncias por trabajo infantil, en negro, discriminación o acoso.