Los dueños de una bodega boutique de Maipú deberán indemnizar con algo más de un millón pesos a dos personas que resultaron heridas cuando el portero disparó contra los invitados a un cumpleaños de 15.
El hecho ocurrió el 11 de octubre de 2015, cuando un hombre (a quien identificaremos con las iniciales P. R.) y su hijo fueron a una fiesta de 15 años en la bodega Verne, ubicada en Luzuriaga.
Cerca de las 4.45, Ricardo García -un empleado del lugar que cumplía funciones de portero y cuidador- decidió terminar con una discusión realizando una serie de disparos, donde resultaron heridas dos personas.
El hecho fue de tal gravedad que, al término de la investigación judicial, el portero fue condenado por tentativa de homicidio y lesiones graves.
Pericias
En la pericia médica se estableció que el hijo de P.R. "presenta una secuela estética en su antebrazo izquierdo -producto de la fractura expuesta sufrida- con pérdida de masa muscular y consecuente pérdida de fuerza del miembro afectado, otorgándole una incapacidad parcial y permanente del 5%"
En tanto que el padre "presenta una importante cicatriz abdominal supraumbilical de 26 centímetros acompañada de una eventración (una mala cicatrización de una incisión en la pared abdominal durante una operación), que presentó un cuadro muy grave ya que se lesionó en forma parcial la arteria renal izquierda y el tejido pancreático, lo cual le podría haber costado la vida", determinó la pericia.
"Debido a su cicatriz y consecuente eventración hoy padece de una incapacidad parcial y permanente del 20%, la cual limita notablemente su actividad física", completa el estudio.
Al contestar la demanda, los dueños de la bodega sostuvieron que García tenía como tarea controlar el ingreso de los invitados hasta las 0 horas pero que continuó en el lugar por su propia decisión.
Además, sostuvieron que el ataque se produjo fuera de su negocio y, por lo tanto, no fue su responsabilidad el resultado del tiroteo.
Pero durante el debate penal los jueces de la Séptima Cámara decretaron que "en lo que atañe al rol que desempeñaba en el lugar, personal de seguridad para unos, encargado del ingreso y egreso de las personas al salón para otros, lo cierto es que cumplía con un todo con tales tareas".
Daño moral a las víctimas
En un fallo reciente la jueza civil Érica Deblasi, del Tribunal de Gestión Asociada 4, ordenó que se indemnice a las víctimas con 1.090.000 pesos, de los cuales 780.000, serán para el padre y 310.000 para el hijo, cuando quede firme la sentencia.
La jueza entendió que los dos sufrieron daño moral, ordenando el pago de 100.000 pesos para el hijo y 250.000 para el padre, en ese concepto.
"El que los actores fueran víctimas de un ataque tan violento como inesperado, dado que se encontraban en la celebración de un cumpleaños de 15; que como consecuencia de ello experimentaron severas lesiones, las cuales casi le cuestan la vida al padre, debiendo ser intervenidos quirúrgicamente ambos y continuar con un prolongado tratamiento a fin de recuperarse; debiendo tomar medicamentos para palear los dolores causados y realizarse controles médicos, es un hecho que sin dudas significó un menoscabo en la paz y tranquilidad de la vida cotidiana de los actores", afirmó la jueza.
Es que la vida del padre "se vio repentinamente modificada: dejó de prestar servicios en una empresa en la que trabajaba hacía muchos años, afectando la economía del hogar, evidencia sentimientos de inferioridad, y menoscabo a su autoestima", según el fallo.
"También alega que presenta los siguientes síntomas: lábiles recursos defensivos a nivel de personalidad, dificultades en las relaciones interpersonales, aislamiento, sentimientos de temor, miedo, incertidumbre, impotencia, sensación de vacío, malestar al recordar el hecho, baja tolerancia a la frustración, abulia, nerviosismo", agrega el escrito judicial.
En tanto que para el hijo "el hecho desafortunado que debió vivir (presenciando además la agresión contra su padre, el cual no sabían si había perdido la vida en el lugar) y las conclusiones a las que arriba la perito psicóloga al decir que presenta un trastorno adaptativo con ansiedad crónico, con malestar mayor de lo esperable en respuesta a lo estresante, le produjo un deterioro significativo de la actividad social, laboral y académica".