“Estamos fuertes y vamos a estar unidos hasta el final”, disparaba Leo López horas antes del encuentro ante Douglas Haig. Pero el lapidario 0-4 en Pergamino, la falta de reacción de los futbolistas y los permanentes cambios y desaciertos del entrenador rápidamente lo hicieron arrepentirse a López de su efusivo apoyo al cuerpo técnico.
Independiente necesita urgente repartir y dar de nuevo. Por eso el máximo dirigente de la Lepra le comunicó la decisión al Profe, quien ayer mismo dejó de ser el entrenador.
Y motivos sobraban: el Azul bajo el mando de Córdoba se quedó casi con el 21% de los puntos que disputó (5 de 24 posibles), marcó sólo tres goles y recibió diez (convirtió tantos en dos de los ocho partidos que disputó) y perdió todas las unidades fuera del estadio Bautista Gargantini.
Los números son determinantes por sí solos, pero no se puede hablar de mala fortuna. A Independiente le costaba horrores generar situaciones de gol, nunca logró una identidad de juego (el Profe ensayó cuatro dibujos tácticos y usó más de veinte futbolistas sin lograr sacar lo mejor de ninguno de ellos) y, quizá lo más alarmante, era la falta de reacción, de rebeldía ante la adversidad. Al primer golpe caía desvanecido al piso. Mandíbula de cristal como se dice en el boxeo.
“Acá se juntan muchos factores como para que la fortaleza psicológica del grupo sea dañada. Yo, la verdad, le dije a los muchachos que estaba por ellos. Nadie me obligó a meter o sacar ningún jugador”, declaraba el Profe minutos después de que su equipo cayó goleado.
López, por otra parte, sabe que los resultados son determinantes y que su situación también quedó debilitada tras esta mala campaña de Córdoba.
“Los hinchas tienen todo el derecho a hacer banderazos o manifestarse pero yo voy a seguir defendiendo este plantel más allá de todo. No tengo ganas de seguir pero al torneo le quedan seis fechas”, dejaba en claro el pope en declaraciones a Radio Jornada. Nada le sale bien a este Independiente. Y ya no queda tiempo para más yerros.
El regreso de Pitu Canedo no es loco
No hay tiempo para mucho debate y ayer mismo comenzó la danza de apellidos.
Que Jorge Montesino (ayudante de campo de Diego Cocca con último paso en Racing de Avellaneda), que Claudio Del Bosco (se desmintió este rumor porque el ex delantero del Azul tiene un juicio actualmente con el club) y tantos otros más.
Sin embargo el que más llamaba la atención era el de Felipe Canedo, justamente el técnico que salió para que llegue Córdoba. El Pitu dijo que nadie habló con él pero que lo entusiasmaba la posibilidad de volver. La idea es que el DT salga del medio local. Pero...