En deuda. Sin poder cambiar la imagen que había dado en el verano, como pretendía el Vasco Arruabarrena. Sin encontrarle la vuelta al partido bravo, chivo, duro que le planteó Temperley, sabiendo de su inferioridad. Con un nivel bajo de sus máximas figuras y sin la rebeldía para intentar romper el molde.
Así se fue Boca de su debut en el campeonato. El 0-0 ante Temperley en cancha de Banfield lo deja pensando, preocupado y le pone más condimentos al choque del miércoles contra San Lorenzo por la Supercopa Argentina.
Carlitos Tevez tuvo la más clara del primer tiempo en un mano a mano con Federico Crivelli en el que demoró la definición y lo neutralizó muy bien el arquero. A esa llegada, hay que sumarle un disparo desde lejos de Meli y poco más para un equipo que buscó mucho pero encontró poco en el inicio.
La segunda parte mostró otra cara. El Vasco lanzó a los laterales. Peruzzi iba más de lo que volvía y lastimaba por derecha; lo propio hacía Jonathan Silva por la banda izquierda. Y así Boca quedaba más cerca del arco contrario, presionaba arriba y forzaba el error de la defensa de Temperley. Lodeiro lo tuvo de zurda pero no pudo conectar con firmeza.
El partido se hacía de ida y vuelta. Estaba claro que Boca no le servía el empate y el Cele, en cambio, sostenía defensivamente y salía rápido de contra, en especial con Pérez Guedes, picante por los costados.
Arruabarrena mandó a la cancha a Gago por Meli, que lució confuso y sin claridad; y a Pavón por Lodeiro, que nunca tomó la manija del equipo. Pero con el correr de los minutos Boca perdía tranquilidad y frescura. No lograba salir del partido luchado que le planteaba Temperley.
Le faltó pausa, le faltó fútbol. Tevez decidió siempre mal y se lo nota menos activo que el año pasado. Con Carlitos desconectado, no apareció el Negro Chávez para darle explosión y potencia ni Pablo Pérez para sorprender desde atrás ni Pavón para desbordar ni Gago para administrar.
Así se fue con las manos vacías del Sur. Con un punto que no alcanza. Con Tevez preocupado. Y un plantel rico en nombres que no logra armarse como equipo. El miércoles, frente a San Lorenzo por la Supercopa Argentina, tiene un partido importante para saber dónde está parado.
La autocrítica de Tevez sobre su pobre nivel
En el final el partido, Carlos Tevez tomó la palabra en el campo de juego y reconoció el flojo nivel colectivo, pero fundamentalmente su baja performance que sufren compañeros e hinchas.
“Yo soy el principal en jugar mal, no sé por qué. No me encuentro cómodo. Soy el primer responsable porque si uno no está bien, tiene responsabilidad en la cancha. Estoy trabajando bien, pero tengo que levantar”, analizó el ídolo ante los micrófonos, sin esquivarle a la autocrítica por un nivel extraño en él.
“Tenemos que seguir trabajando y mejorando”. Asimismo, se acordó del duelo ante San Lorenzo y se ilusionó con dar otra vuelta olímpica: “El miércoles es una final y la tenemos que afrontar de la mejor manera posible”