Boca Juniors pisó fuerte en Asunción, goleó 4-1 a Cerro Porteño, cerró la serie 5-1, y se clasificó sin problemas a las semifinales de la Copa Sudamericana.
Jonathan Calleri, Andrés Chávez, en dos oportunidades, y Emmanuel Gigliotti anotaron los goles del equipo argentino.
El español Daniel Güiza había puesto el empate parcial en la primera etapa.
Boca salió a la cancha con mucha confianza y soltura ante el dubitativo anfitrión, que le facilitó mucho el partido de vuelta.
El cuadro de la Ribera tuvo varias ocasiones de gol en el primer tramo, de las cuales sólo capitalizó una, lo que luego traería complicaciones, pero bien pudo haber sentenciado la llave de entrada.
De hecho, a los tres minutos de juego, Chávez quedó cara a cara con el arquero y malogró una chance inmejorable disparando a quemarropa, casi a ciegas, teniendo tiempo y espacio para elegir.
Así y todo, era tal la superioridad de Boca en ese pasaje, que la situación se repitió enseguida, a los 9 minutos, cuando se vio favorecido por un rebote y, ante el achique de Diego Barreto, asistió a Calleri.
El desorden de los guaraníes y el rápido estiramiento de la diferencia permitían fantasear que el resto sería fácil.
Sin embargo, Boca no actuaba en consecuencia, porque no definía el trámite y empezaba a bajar la intensidad pese a tener el monopolio del balón, así como espacio para aprovecharlo.
Calleri pudo haberlo liquidado a los 21, tras un pase de César Meli, pero tiró nada más que cerca del ángulo izquierdo.
El calor era riguroso sobre el campo de juego, Boca se distrajo, perdió la pelota y en un momento de zozobra, Mauricio Sperduti se escapó por la derecha. El centro bajo llegó al área y a la altura del primer palo, Güiza anticipó a todos para empujarla a la red, complicando los planes de Rodolfo Arruabarrena y compañía.
En vista de la baja presión que ejercía el mediocampo boquense, Leonardo Astrada buscó profundidad por las bandas con los cambios de cara al segundo tiempo.
El complemento fue luchado más que jugado, porque Boca se retrasó para defender la ventaja y el local avanzaba con bravura, pero sin ideas.
Agustín Orion controló poco después de la reanudación un tiro de media vuelta del ingresado Rodolfo Gamarra y no tuvo mucho trabajo más, ya que el principal argumento en su contra fueron los estériles tiros libres de Jonathan Fabbro.
La estrategia empleada por Arruabarrena resultó ser la adecuada, además, porque les dio la frescura que necesitaban los delanteros del azul y oro para volver a lastimar de contragolpe. A los 22, Fernando Gago condujo una replica por la izquierda y con un pase magistral habilitó a Chávez, quien la acomodó junto al palo izquierdo.
Fue lo último que pudo soportar Cerro Porteño, que inmediatamente se desmoronó, entregándose a la derrota. Y fue por eso que recibieron tanto más.
En una de sus primeras intervenciones, Gigliotti gambeteó al arquero y a los 28, realizó el 3-1 con el arco libre para desatar la euforia de los hinchas "Xeneizes".
Chávez convirtió otro gol de contraataque, a los 40, y dos minutos más tarde, Meli sacudió el travesaño con un disparo desde fuera del área, pero la parcialidad boquense ya esperaba ansiosa dar otro paso más hacia su sueño continental.