Boca jugará en Paraguay el partido más importante en lo que va del semestre con la obligación de ganarle al humilde Capiatá para revertir la derrota en la “Bombonera” y seguir con vida en la Copa Sudamericana.
El encuentro de vuelta de los octavos de final se jugará en el Estadio Feliciano Cáceres de la ciudad de Luque (Sportivo Luqueño), comenzará a las 21.15 y será arbitrado por el colombiano Wilmar Roldán.
Después del inesperado y resonante triunfo logrado por Capiatá la semana pasada en Buenos Aires, al equipo paraguayo le bastará con un empate para pasar de fase en tanto que Boca necesita imponerse como mínimo por 1 a 0 para acceder a una definición por penales o por cualquier otro marcador para avanzar directamente.
El entrenador de Boca, Rodolfo Arruabarrena, dispuso significativas variantes en su equipo y presentará un sistema táctico que oscilará entre un 4-3-3 y un 3-4-3, con la inclusión de tres habituales marcadores centrales (Juan Forlín, Claudio Pérez y Lisandro Magallán) para contrarrestar el juego aéreo adversario.
Por otra parte, José Fuenzalida y Nicolás Colazo, volantes por naturaleza pero habituados a jugar como marcadores laterales, tendrán la doble misión de defender como integrantes de una última línea y de soltarse para imponer desequilibrio y verticalidad por los costados.
Después de perder con Capiatá, Boca se recuperó con una sufrida victoria por 3 a 2 sobre Godoy Cruz, en Mendoza, al cabo de un atrapante partido y se mantiene a ocho puntos del puntero, River Plate, a falta de siete fechas para la finalización del campeonato local.
Capiatá, el pasado sábado igualó en un gol con el líder del torneo paraguayo, Cerro Porteño, del que lo separan 15 puntos, con 12 cosechados, cumplidas parcialmente catorce fechas.
El que se adjudique la llave tendrá por rival en cuartos de final a Cerro Porteño.