En el ‘Mario Alberto Kempes’, sobre el cierre mismo del partido, Boca Juniors encontró el gol, el triunfo agónico y algo de paz para su arranque irregular en el torneo. Fue victoria 1 a 0 sobre Belgrano, sin merecerlo y con muchas fallas en el funcionamiento.
El primer tiempo le costó a Boca hacer pie de entrada, porque Belgrano tuvo tres chances claras para anotarle. Dos de ellas con el debutante Jerry Bengtson, quien primero simuló una falta de Agustín Orión cuando tenía todo para convertir y después, sin marca y con todo el tiempo para definir, le dio desviado desde el sector derecho. A esto hay que sumarle una de César Pereyra, quien del mismo sector lo hizo arrojarse al ‘1’ del visitante para despejar al córner. Por este motivo, todo hacía parecer que el “Pirata” estaba cerca de anotar ante los de Bianchi, quienes se veían desbordados de mitad hacia atrás.
Sin embargo, cuando la historia venía complicada, lo cierto es que el “Xeneize” -que había hecho sólo una jugada preparada en la que el “Burrito” Martínez no llegó a tocar el balón- fue levantando y mucho tuvo que ver un zapatazo al travesaño de Federico Carrizo. En este caso, el volante entró por la derecha ganándole la carrera a su marcador y casi anota el primero en Córdoba, en una acción que si bien no finalizó con el gol, lo cierto es que hizo entrar en confianza al “Xeneize”, que no hizo mucho pero fue ganándole el terreno y la pelota a su adversario.
En definitiva, llegaron al último cuarto con una tendencia. Los de Carlos Bianchi no habían jugado bien a lo largo de los 90 minutos. Pero el peso de sus individualidades, podía aparecer en cualquier momento. Así, casi en el pitazo final, Agustín Orión le tapó una pelota estupenda a César Mansanelli que hubiese sido la derrota. Y a renglón seguido, apareció Gigliotti quien tras un centro desde la izquierda puso la cabeza y sentenció la historia cuando todos firmaban el empate.
De esta manera, el “Virrey” y el plantel respirarán esta semana, mientras busca mejorar su juego.
