El plantel de Boca Juniors arribó a las 19.13 al estadio Monumental de Núñez, sin inconvenientes en el acceso y adyacencias, en el marco de un gran operativo de seguridad que buscó evitar incidentes comos los ocurridos en la final del año pasado, que obligó a trasladar el partido decisivo a Madrid.
Al igual que lo sucedido el 1 de septiembre pasado, oportunidad en la que Boca también visitó a River, por la Superliga, el ómnibus -ahora blindado- llegó sin problemas al estadio tras realizar el mismo recorrido de entonces.
Los primeros en descender fueron el presidente Daniel Angelici y el técnico Gustavo Alfaro, secundados por Carlos Tevez (hace cuatro partidos que no es titular, desde el cotejo en la Bombonera con Liga de Quito), al que se lo veía muy animado, con "cara de titular", todo lo contrario de lo sucedido aquel 1 de septiembre. Lo acompañaba su amigo Ramón Ábila.
El coche había partido a las 18.30 desde el Holiday Inn de Ezeiza, donde concentró el plantel dirigido por Gustavo Alfaro, desde donde tomó primero la autopista Riccheri, luego la 25 de Mayo, posteriormente el Paseo del Bajo, Costanera, Avenida Sarmiento, Libertador y finalmente Boulevard Lindoro Quinteros. En los últimos 200 metros se instaló un vallado para evitar los incidentes de aquel frustrado superclásico de la Copa de 2018.
Tras circular por el "Bajo", el ómnibus empalmó por avenida Libertador, para desembocar 43 minutos después de haber partido en el playón del estadio de River.
El operativo previo se inició a las 10 y el estadio se abrió a las 18, con 1.500 efectivos a cargo de la Secretaría de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires.