Tuvo dominio en la mayor parte del partido y las mejores jugadas, pero no lo definición y se terminó resignando al empate que, por como se le presentó el partido a Boca, dejó un sabor amargo. El 1-1 de visitante no es mal resultado, pero el Xeneize fue muy superior a Caracas y debió haberlo ganado en el inicio del Grupo H de la Copa Libertadores.
El primer tiempo fue todo del visitante. Luego de un remate de Añor que intentó sorprender a Andrada, el equipo de Russo se adueño de la pelota y llegó varias veces al arco de Flores. Reynoso con espacios, buscaba ser el conductor, pero no estaba fino en el último pase. Daba la impresión de que cuando Boca encontrara ese detalle en el fondo local, comenzaría a ganarlo. Y eso se dio sobre el minuto 25', cuando luego de una combinación de paredes, la pelota le llegó a Villa y éste le sirvió el gol a Ramón Ábila. Caracas, poco y nada. Sin una línea media que ofreciera resistencia, se limitó a mirar cómo los de Russo monopolizaron el dominio. No se fueron al descanso 2-0, porque Ostojich, a instancia de uno de sus asistentes, le anuló otro grito a Wanchope.
En el complemento, Capaldo se perdió el 2-0 y desde ese momento Caracas creció territorialmente. En la primera clara, Hernández -tiro libre- la clavó al ángulo. Al rato, en una contra, el joven de Boca tuvo revancha y otra vez Flores le ahogó el grito sagrado.
Después Wanchope no llegó a rematar bien un pase de Bebelo que pudo ser el gol del triunfo. Y eso fue todo. El Xeneize no supo capitalizar su superioridad en la red y perdió dos puntos en Venezuela. El sábado, buscará festejar en el ámbito local, en la Superliga, pero no depende de sí mismo. Primero debe ganarle a Gimnasia (LP) y esperar que, al menos, Atlético Tucumán le iguale a River.