El 11 de mayo de 1981 el cáncer se llevó a Bob Marley, quien tenía apenas 36 años y ya era una estrella mundial. Marley es para el Reggae y la música del Tercer Mundo lo que Elvis Presley y los Beatles son para el Rock'n'Roll y el Pop.
Sin él, la historia de la música alegre, que es uno de los símbolos de Jamaica, definitivamente no habría llegado a la cima de las listas musicales en el mundo
Es indiscutible que, en su historia, tuvo una contribución decisiva Chris Blackwell, fundador de Island Records y magnate de la discografía mundial (influyó decisivamente en King Crimson, Traffic y U2, entre otros).
Blackwell no sólo incluyó al líder de los Wailers en el circuito internacional, sino que, haciendo hincapié en la relación histórica entre Jamaica e Inglaterra, ayudó a que el Reggae se difundiera como un virus en la música de algunas super estrellas del rock, como Eric Clapton y los Rolling Stones.
Marley fue un líder natural, un personaje dotado de un carisma incomparable y con la rara capacidad de hablar un lenguaje universal, el de la música
Para Jamaica es una suerte de santo. Y no sólo por la convicción con la que sostenía la religión rasta, sino también por su rol de pacificador en la política de su isla, papel que le costó un intento de asesinato.
Naturalmente no fue un resultado aislado, ya que pertenecía a la generación que llegó el Reggae por todo el mundo, y que le permitió tocar y escribir junto a personajes como Peter Tosh, Bunny Livingston, e instrumentistas como Junior Marvin o Aston Barret.
A Marley se le debe el haber sabido reinventar el Reggae, exaltando los componentes Soul, Rhythm and Blues y Pop que los músicos jamaiquinos escuchaban por radio. A todo eso le incorporó una dimensión casi profética, con letras que se transformaron en himnos universales de paz, hermandad e igualdad
Entre ellos, canciones como "Jammin'", "One Love", "No Woman No Cry", "Get Up Stand Up", "I Shot The Sheriff", "Redemption Song", que van más allá del Reggae, y que se transformaron en clásicos de la música.
La herencia que dejó Marley es, sin dudas, enorme y va más allá de su esposa Rita y sus hijos Ziggy, Stephen y Damian.