Blindemos - Por Horacio Serafini

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Blindemos - Por Horacio Serafini

Después de doce años, Argentina vuelve al Fondo Monetario Internacional (FMI) en busca de un acuerdo-blindaje que dé al gobierno de Cambiemos la credibilidad que terminó de perder en el frente financiero en los últimos cuatro meses, paradójicamente luego de que dos meses antes, la había recreado en el frente político interno en las legislativas de octubre.

Si este regreso al organismo financiero internacional llegara a tener el resultado esperado, es decir el de recrear las posibilidades de retomar el endeudamiento en el que la administración Cambiemos basó su política de ajuste económico en estos treinta meses, el exclusivo "ganador" sería el presidente Mauricio Macri.

Del mismo modo que el único responsable de este paso forzado por el sector financiero, el principal beneficiario de la política de altas tasas de interés, lo es también el Presidente, sin el atenuante de antecesores que tuvieron en sus ministros de Economía el "fusible" para situaciones de crisis.

No cabe, en el desenlace de estas últimas horas, repartir responsabilidades entre los integrantes del “equipo” económico, aun cuando puedan tenerla: desde el encargado de procurar el financiamiento (Luis Caputo); hasta el de orientar la política industrial (Francisco Cabrera) y el de fijar la tasa de interés del Central (Federico Sturzenegger).

Precisamente fue el Presidente quien tuvo que salir a dar la cara con el mensaje de la vuelta al FMI, en su condición de jefe, como lo confesó en público el viernes pasado el ahora encargado de negociar con el organismo, el ministro Nicolás Dujovne: “Hay muchos ministros en el área pero el jefe de todo el equipo sin dudas que es el Presidente”.

El Presidente dio el paso hacia el acuerdo-blindaje en una decisión que, si la consultó y comunicó, sólo lo hizo con su núcleo duro: el jefe de Gabinete, Marcos Peña; y los gobernadores porteño Horacio Rodríguez Larreta y bonaerense María Eugenia Vidal. No de otro modo puede explicarse la sorpresa con que la decisión encontró a los socios políticos del PRO, que terminaron por reaccionar horas después del anuncio. Y eso que se habían reunido la noche anterior con Macri en la Mesa Nacional de Cambiemos.

Sorprende que haya sido así. El PRO ha requerido desde su llegada al gobierno del acuerdo con sus socios radicales y de la Coalición Cívica para constituir una fuerza legislativa que le permitiera legislar desde una posición de inferioridad. Será precisamente de ese interbloque del que requerirá mucho más de ahora en adelante, incluso para aprobar en el Congreso el acuerdo de vuelta al FMI.

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