La Cámara baja convirtió en ley el blanqueo de capitales, con los votos del oficialismo y de sus aliados que juntaron 130 sufragios positivos contra los 107 negativos de la oposición.
El kirchnerismo tuvo nuevas bajas en sus filas -el santafesino Oscar "Cachi" Martínez, que se sumó a la lista de Jorge Yoma, Facundo Moyano, Omar Plaini, Mabel Müller y Blanca de Peralta- debido a la gran polémica que generó el envío por parte de la Casa Rosada de este proyecto cuando empresarios cercanos al Gobierno nacional son investigados judicialmente por lavado de dinero y por las sospechas generalizadas de la oposición de que la ley permitirá el ingreso de fondos mal habidos ligados a actividades delictivas. Aun así, el oficialismo consiguió sancionar la norma.
La ley permite que las personas físicas o jurídicas que tienen dólares no declarados (en el país o afuera) los "exterioricen voluntariamente" a través de alguna de las tres herramientas que se crean: el Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Económico (Baade); el Pagaré de Ahorro para el Desarrollo Económico (Pade) y el Certificado de Depósito para la Inversión (Cedin).
A través de los dos primeros instrumentos se busca recaudar dólares para realizar obras de infraestructura y costear el plan de desarrollo de YPF y mediante el Cedin se busca reactivar el sector de la construcción y el inmobiliario. Estos certificados funcionarán como cuasimonedas, ya que servirán para comprar o construir casas y serán endosables, por lo que quien reciba un Cedin podrán canjearlo en el banco por dólares (según el tipo de cambio oficial) si presenta la escrituración de la casa.
La ley tiene aspectos que generaron amplio rechazo dado que habilita a quien quiera blanquear sus dólares a no declarar de dónde los sacó, desde cuándo los atesoró y además los exime del cobro de impuestos, multas y de posibles acciones legales. Pero además, los Baade, que cotizarán en la Bolsa como cualquier otro título, le dará a quienes evadieron una tasa del 4% en dólares (el título expira en 2016).
El kirchnerista Roberto Feletti defendió la ley. Remarcó que el proyecto es "para poner en valor y movilizar activos argentinos, sea en inmuebles urbanos o en inversiones en infraestructura o energía". Pero el diputado se concentró en las críticas que le hacían desde la oposición al proyecto respecto a que serviría para lavar dinero de origen delictivo. En ese sentido, aseguró que "el único beneficio que se otorga es la exención impositiva" y destacó que "el Banco Central tiene la obligación de cumplir" los requisitos que fijan la ley antilavado en cuanto a identidad del depositante, el flujo del capital y actividades sospechosas.
La oposición estuvo durísima. "Esta ley es un manotazo de la peor calaña, al dinero ilegal", dijo el jefe del bloque de la UCR, Ricardo Gil Lavedra.
Fernando "Pino" Solanas (Proyecto Sur) señaló que la ley "esconde la necesidad de incorporar 4.000 o 5.000 millones de dólares de la macro-corrupción". El macrista Federico Pinedo apuntó que la emisión de los Baade "es endeudarse con delincuentes y agrega a la Argentina en el club de países que se financian con el delito".
El jefe del bloque Frente Peronista, Enrique Thomas, se quejó: "Mientras se le ofrece esta amnistía a todo tipo de evasores, especuladores y hasta delincuentes, la AFIP redobla la presión hacia los monotributistas; se mantiene el cobro del impuesto a las Ganancias sobre los salarios populares".
El jefe de la bancada K, Agustín Rossi, cerró con una defensa del proyecto en cuestión: "Es diferente el dinero sucio del dinero en negro. Estamos blanqueando el dinero en negro, que proviene de una actividad legal y que por alguna razón salió del circuito legal".