Escenas, un crimen, una presidenta que habla por una red social y un gobierno desconcertado. Una mafia que nos aterroriza y fiscales y jueces a la orden del día, perdidos y aturdidos con huellas, horarios y periodistas.
SIDE, Gobierno, Stiusso, un amigo que le lleva el arma y una historia caliente y llena de declaraciones que desconocemos.
El tiempo corre y es una “necesidad” que este caso se resuelva. Por la dignidad de una nación y por cada uno de nosotros.
Huérfanos de esa verdad, un mundo oscuro que asusta, indagatorias donde hay miles de preguntas pero no hallamos respuestas.
Que la Justicia comience a actuar, que la Presidenta se exprese como una jefa de Estado que es y podamos así empezar de nuevo a reconstruir lo que el terremoto más grande que es la corrupción nos ha dejado desnudos de verdad.
Un tiro sórdido no sólo mató a Nisman y nos ha dejado confundidos, sin horizonte y en el laberinto donde la salida no está próxima.
Si no peleás para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella. Es así. Debemos involucrarnos y no dejar que una nueva noticia o crimen apague a Nisman. Porque Nisman era la verdad.
Sin bandera política, dejando de lado las diferencias con este gobierno de turno, necesitamos, imploramos y obligamos... ¡Justicia!
El escritor inglés Samuel Johnson decía: “Es necesario esperar, aunque la esperanza haya de verse siempre frustrada, pues la esperanza misma constituye una dicha, y sus fracasos, por frecuentes que sean, son menos horribles que su extinción”.