Arrugados, apretados, casi convertidos en un bollo de papel. Los billetes de dos pesos superviven en las billeteras de los argentinos sabiendo que su final está cerca. Quizás como el de las monedas de cinco centavos o las de diez.
Los portadores de la imagen de Bartolomé Mitre escasean cada vez más y las monedas de igual valor aun no circulan con la fluidez necesaria para equiparar su ausencia. Así, ni billetes, ni monedas y en el medio comerciantes y clientes.
Según el Banco Central de la República Argentina el billete de dos pesos que conocemos hoy en día comenzó a emitirse el 26 de noviembre de 1997. Por esa época, a cinco años de su lanzamiento, se efectuaron algunos cambios en la línea, que incluyeron mejoras en los grabados, papel de un gramaje superior, marca de agua de molde cilíndrico localizada, que reproduce el retrato del diseño orientado en el mismo sentido. Es por esta razón que los actuales no son, estrictamente hablando, los herederos de sus antecesores, los Australes.
“Cuando voy a comprar algo y me dan dos pesos de vuelto los dejo, porque hay gente que si los pide y la verdad es que a mi no me sirve.
Todavía hay gente que pide ese tipo de cambio. Y además están todos rotos y desvencijados", cuenta Julieta Rinaldi (27), de Godoy Cruz.
Continuando, hace aproximadamente un mes el Banco Central de la República Argentina comunicó que entregaría “paquetitos” con 100.000 monedas, de 1 o de 2 pesos, a las que las empresas interesadas podrán acceder transfiriendo en forma electrónica el importe correspondiente.
Esta medida para incrementar la circulación del metálico por encima de los billetes que, aun no hay comunicado oficial, no serán reemplazados por aquellos que tendrán animales en vez de próceres y tampoco retirados de circulación.
Ni para vuelto
Consultados al respecto los comerciantes del microcentro mendocino señalaron que casi no hay billetes y que los que hay están “hechos pelota”. Tamara, de un kiosco ubicado en calle Garibaldi dijo que no hay y que el vuelto para este monto generalmente es en caramelos.
“Están todos muy rotos y hay gente que no te los acepta. Además, un 1% prefiere no llevarse ni caramelos ni el billete. Tampoco tengo muchas monedas”, señaló el comerciante.
Silvia, desde un kiosco de la Peatonal, en el momento en que está respondiendo a las preguntas para esta nota atiende a dos clientes. La transacción por un paquete de cigarrillos la obliga a repetir la pregunta que es motivo de esta nota.
"¿Tenés dos pesos?", pregunta y el cliente, luego, niega. Mirando al periodista añade: "Ves, nadie tiene billetes. Ni los clientes ni nosotros".
Una vez que las personas se retiran con su compra continúa: "A veces tengo un solo billete, muy roto y lo ofrezco porque es lo único para dar vuelto. Pero nadie quiere, todos prefieren los caramelos".
Silvia además, aportó otro dato interesante: "En los lugares donde se pueden pagar impuestos, cuando deben dar 2 pesos de vuelto directamente te lo acreditan al pago del mes siguiente, pero yo no puedo hacer eso. Tampoco puedo redondear, porque para una compra de 12 pesos, si redondeo a 10 pierdo yo. Si redondeo a 15, el cliente pierde tres pesos".
Por su parte, Marcelo, de un negocio ubicado en avenida San Martín prefiere tirar a la basura los billetes de esta denominación que ya no pueden circular. “Es eso o pelearse con el cliente. Prefiero no hacerlo. Doy caramelos, o redondeo a favor del cliente. Por ejemplo, esta marca de cigarrillos cuesta 51 pesos. Directamente los cobro a 50, para evitar las vueltas. Siempre redondeo a lo que esté más cercano”, describió.
Arte
En 2014, los billetes de dos pesos, por la pérdida de su valor en la calle, comenzaron a utilizarse para hacer arte. De hecho, las redes sociales se llenaron de imágenes que mostraban al ex presidente Mitre “decorado” como batman, el guasón, el Indio Solari o lo que saliese de la punta del lápiz del artista.
Vale decir que es una actividad ilegal ya que el artículo 283 del Código Penal establece penas de de uno a cinco años, al que “cercenare o alterare moneda de curso legal y el que introdujere, expendiere o pusiere en circulación moneda cercenada o alterada”. Casi como con la no emisión del voto, nadie recibió condena real.