El último sostén de Carlos Bilardo era Julio Humberto Grondona, quien le había creado el puesto de Director Nacional de Selecciones Nacionales en 2008, cuando se produjo la llegada de Diego Maradona como entrenador albiceleste. Los cortocircuitos entre el "Narigón" y Diego minaron la convivencia entre ambos casi desde el vamos, y se potenciaron tras el crucial partido en el que Argentina venció a Uruguay en Montevideo para obtener la clasificación al Mundial de Sudáfrica. Es más, una imagen televisiva captó al DT campeón de México'86 con una capucha en actitud de darles indicaciones a los jugadores en pleno partido en el Centenario. Más confusión echó Juan Sebastián Verón tras el 1-0 a favor, cuando citó: "Es un momento para no esconder la basura debajo de la alfombra. Tenemos tiempo para trabajar, pero debemos escuchar más y opinar menos".
La voz de la “Bruja” siempre se interpretó puertas adentro de la AFA como el mensaje de Grondona hacia el cuerpo técnico de la Selección de ese entonces. Además del fondo, por la forma: el volante habló cuando el resto de sus compañeros festejaba efusivamente el pase a Sudáfrica 2010. El presidente de la AFA, en definitiva, había encontrado un vocero ideal para expresar lo que realmente pensaba. Poco después en Abu Dhabi, en ocasión de la derrota de Estudiantes (2-1 frente al Barcelona) en la final del Mundial de Clubes, el dirigente tuvo un gesto paternal hacia el emblema del “Pincha”: lo besó tras la coronación como Balón de Plata al mejor jugador de la competencia (Lionel Messi se quedó con el Balón de Oro).
Grondona había puesto el foco en Verón para cuando él cumpliera su mandato como máximo dirigente afista en octubre 2015. En realidad, para hacer carrera política en la AFA no basta con ser o haber sido un eximio futbolista (basta recordar las desavenencias de JHG con Daniel Passarella, el otrora presidente de River). Lo que sí es cierto que el directivo proyectaba la figura del platense en cargos estratégicos dentro de la entidad mayor del fútbol nacional. Uno de esos lugares era el que ostentaba Bilardo, con escaso éxito. Hubo, inclusive, llamados telefónicos de Don Julio a la “Bruja” y esos diálogos se reprodujeron en más de una oportunidad. El perfil de persona reflexiva y equilibrada del jugador gozaba de la simpatía del también vicepresidente de la FIFA. Es más, hasta lo veía en el rol de nexo con los miembros del Comité Ejecutivo para frenar las embestidas eventuales de Maradona como DT de la Selección.
El vínculo que se había generado entre las partes originó un escozor indisimulable en Maradona. El propio Verón había hecho declaraciones públicas sobre los roces entre Diego y Bilardo sin omitir identidades ni elegir un lenguaje entrelíneas para comunicar lo que pensaba. “No es fácil estar en el medio entre Maradona y Bilardo, pero confío en que puedan zanjar las diferencias”, dijo. Otra vez, el sello de Grondona parecía estar detrás de la expresión.
Durante el Mundial 2010, en plena competencia, las decisiones de Maradona respecto de Verón podían tranquilamente ser interpretadas como un tiro por elevación hacia Grondona. Casi un mes y medio después de la Copa del Mundo, el mediocampista rompió el silencio y expresó que “Diego quería que yo fuera el Xavi de la Selección y me dejó afuera”. La referencia tenía que ver conque sólo había jugado dos partidos como titular (1-0 a Nigeria y 2-0 ante Grecia, ambos en la primera ronda) e ingresado en el segundo tiempo contra México, en octavos de final. Sin embargo, dada su condición de referente, se quedó sentado en el banco de suplentes en el duelo frente a Alemania por cuartos de final, el fatídico 0-4 que selló las chances argentinas en Sudáfrica.
Ya en 2011, con Bilardo en un rol difuso y sin cumplir con las expectativas para las cuales el cargo había sido creado, se registraron dos situaciones que volvieron a marcar la importancia que Verón había alcanzado para Grondona. Una, es que Alejandro Sabella se enteró por boca del futbolista que iba a ser considerado por la AFA como el nuevo entrenador del seleccionado argentino. La otra, que el presidente afista quería que la “Bruja” pasara a ocupar el puesto del “Narigón”. Y aquí, tan llamativa como inesperadamente, apareció en escena Germán Lerche, quien era integrante de la mesa chica que apoyaba a JHG y además, el secretario de Selecciones Nacionales. El hoy ex titular de Colón, defendió al DT finalista de Italia ’90 con vehemencia, mientras que Sabella – ya consagrado entrenador albiceleste – fue cauto y prudente al no tomar posición sobre el tema en cuestión.
En el pasado Mundial de Brasil, otra vez volvió a ser poco gravitante la función de Bilardo en su conexión con la Selección que estaba jugando la Copa del Mundo. Sus apariciones por "Cidade do Galo", el predio en el que se alojó la delegación, estuvieron lejos de marcar presencia como la de una personalidad requerida como fuente de consulta por parte de los jugadores. Tampoco quedaba claro cuál era el papel a cumplir por el Director Nacional de Selecciones Nacionales, máxime cuando se estaba en plena competencia mundialista y su influencia podía haber mayor. No extrañó, entonces, que tras la muerte de Grondona, el propio "Narigón" fuera anticipando su egreso, el cual finalmente se concretó la semana anterior. Tampoco el nuevo entrenador, Gerardo Martino, demostró empeño por mantenerlo. Los futbolistas, menos.
En paralelo a la asunción del "Tata" y la salida de Bilardo, fue que Verón anunció que está dispuesto a dar pelea por la presidencia de Estudiantes en las elecciones de fines de septiembre próximo. Ya a principio de año lo habían sondeado sectores aledaños a Mauricio Macri y a Sergio Massa, respectivamente, para tentarlo con el inicio de una carrera política en La Plata, debido al alto margen de imagen positiva que posee, pero la "Bruja" optó por comenzar su recorrido en el rubro apostando a ser consagrado como el nuevo mandatario "pincharrata". Si lo consigue, ingresará al Comité Ejecutivo de la AFA. Y si bien ya no está Grondona, sí se ha corporizado la línea grondonista en la nueva mesa chica afista. Quizá, el sueño de JHG se cumpla a corto o mediano plazo: ver a su elegido en un cargo preponderante, tanto en la Selección como en la función ejecutiva del máximo organismo del fútbol argentino. Todo puede pasar, diría el anillo.
Por Fabian Galdi - fgaldi@losandes.com.ar