Lucas Biglia apareció en el tramo decisivo del Mundial Brasil-2014 y ya no dejó la titularidad de la Selección argentina, convirtiéndose en la rueda de auxilio de Javier Mascherano en el mediocampo de un equipo, pero una lesión de rodilla casi lo margina de la Copa América de Chile.
Tras tener apenas unos minutos en el debut con Paraguay, el volante de 29 años, de la Lazio de Roma, volvió al once titular ante los uruguayos y su presencia trajo el equilibrio que necesitaba la Albiceleste luego de las críticas por el sorpresivo empate frente a los guaraníes.
“A la hora de correr, corrimos, y en el momento de meter, metimos. Eso sí, cuando había que jugar, también lo hicimos. Intentamos hacerlo cuando tuvimos espacios”, dijo Biglia sobre el trabajado triunfo en el clásico, en un resumen de su visión del fútbol.
Mientras Lucas vuelve a calzarse la camiseta de su selección en un gran torneo, en Europa varios clubes se pelean por él y entre los rumores aparece el nombre del Real Madrid.
A diferencia de sus compañeros de la sub-20 campeona en Holanda-2005, entre ellos Lionel Messi, Pablo Zabaleta y Fernando Gago, su camino al equipo mayor de Argentina estuvo plagado de obstáculos, hasta que Alejandro Sabella se jugó por él frente a Bélgica en cuartos de final del último Mundial.
Utilizado hasta allí para ingresar en los últimos minutos cuando era necesario preservar un resultado favorable, Biglia entró esa tarde desde el inicio por Gago -de bajo rendimiento en Brasil- y ya no salió del once titular en la ruta hacia el subcampeonato.
Oriundo de Mercedes, una ciudad tierra adentro en la extensa provincia de Buenos Aires, y conocido por su perfil bajo, Biglia se inició futbolísticamente en Argentinos Juniors, el club que vio nacer a un tal Diego Maradona y que es célebre por haber dado jugadores de enorme calidad técnica, como Fernando Redondo, Juan Román Riquelme o Sergio Batista.
También pasó por Independiente, otro equipo reconocido por inculcar el buen trato de la pelota.
Su posición habitual es la de volante central, un puesto con mucha competencia en la Selección argentina y dominado desde hace una década por Mascherano, por lo que Biglia pasó a jugar por la derecha o la izquierda, según las necesidades.
Buen pie y orden táctico
Su firmeza en la marca, su buen manejo de la pelota y su orden táctico han sido reconocidos desde temprana edad por los seleccionadores argentinos, y su palmarés incluye la medalla de bronce en el Mundial sub-17 de Finlandia-2003.
Tras el título mundial sub-20 en Holanda, Biglia firmó a mediados de 2006 con el Anderlecht belga, en una liga considerada de segundo nivel en el fútbol europeo, una decisión que conspiró contra su carrera en la Albiceleste.
Multicampeón de Bélgica con el equipo de la capital Bruselas, su transferencia a un grande de Europa fue un constante rumor en cada apertura del mercado de pases.
En medio, debutó con la selección mayor en febrero de 2011 de la mano de Batista en un amistoso contra Portugal y tuvo algunas oportunidades saliendo desde el banco en la Copa América disputada ese mismo año en su país.
A mediados de 2013, y tras una fuerte presión del jugador, fue vendido al Lazio de Roma por un monto estimado en 5,5 millones de euros, un cambio necesario para crecer en lo futbolístico.
El exigente fútbol italiano lo puso en la vidriera nuevamente, Sabella le dio la oportunidad y ahora Gerardo Martino está confirmando que lo de Brasil-2014 no fue una casualidad.