Las banderas de argentinos con la leyenda "Fuerza Neymar" causaron sorpresa entre los aficionados brasileños, al punto que el diario deportivo Lancé!, el de mayor circulación en este país, publicó la foto principal de su portada de domingo con la imagen de un hincha albiceleste mostrando en alto su cartel de apoyo a la recuperación de la gran estrella de la verde amarela.
El impulso que llevó a este aficionado para confeccionar su pancarta y llevarla al estadio "Mané Garrincha", donde ni más ni menos que Argentina jugaba frente a Bélgica por los cuartos de final, se emparenta con la tradición del buen gusto en nuestra tierra por los futbolistas que han marcado época en todos los tiempos, y sin distinción de camiseta ni de nacionalidad.
El fútbol es una expresión cultural que excede a lo meramente deportivo, con el poder de los símbolos que asoman en todo tiempo y lugar sin necesidad de ser convocados por la artillería mediática. Es cierto que a la hora de un partido se privilegia también el deseo de ver coronado por un triunfo el esfuerzo del equipo propio, pero también lo es que el ojo clínico del aficionado sabe reconocer los méritos del rival aunque mientras dure la contienda esconda esa percepción.
Los argentinos, de generación en generación, han realzado su admiración por jugadores de excepción surgidos desde las entrañas brasileñas: Pelé, Garrincha, Zito, Jairzinho, Gerson, Tostao, Rivelino, Zico, Sócrates, Falcao, Toninho Cerezo, Romario, Bebeto, Ronaldo, Ronaldinho y Kaká, por ejemplo, fueron y son ponderados por sus destrezas dentro de un campo de juego. En este Mundial, a la lista se había agregado Neymar. Era hora que otro crack sostuviera la bandera del fútbol arte que tantas veces nos sirvió como guía. Te estábamos esperando, sin dudas
No sólo hubo y hay admiración por futbolistas que han vestido la "canarinha", sino también por figuras deslumbrantes de otras latitudes, talos los casos de Cruyff, Beckenbauer, Maldini, Xavi, Platini, Best, Zidane, Iniesta, Gerrard, Antognoni, Luis Suárez, Teófilo Cubillas, Asprilla y tantos otros. Esos referentes de todas las épocas engrandecen al fútbol y no se los niega por el sólo hecho de haber defendido otros colores; se los respeta, como se debe.
Neymar estaba en camino de convertirse en uno de los candidatos al mejor jugador de esta Copa del Mundo, pero su lesión le impidió presentarse en las instancias definitorias de este Mundial. Sus 22 años permiten esperanzarse en que tendrá al menos tres mundiales más por delante en su carrera.
El también integrante del Barcelona es un atacante cada vez más completo, que fue corriendo sus propios límites hacia delante a partir de agregarle mayores recursos a su juego. Ya no es sólo una gambeta o una definición hacia el palo más alejado del arquero, sino que también ha ganado en el salto, el pivoteo, el arrastre de marcas, la acción con pelota detenida y la toma de decisiones instantánea para retroceder e ir a buscar el balón casi hasta su campo.
En Brasil también se admira a Messi, a Di María, al Kun y se recuerda a Mascherano y Tevez por su paso victorioso en Corinthians. Más allá de la eterna puja con "O'Rei", se referencia a Maradona como un futbolista bisagra, de aquellos que marcan un antes y un después.
El fútbol, así, se sigue reinventando a sí mismo. Enhorabuena.