"Sirve para mirar un mundo diferente a tu alrededor", dice Alejandro Saavedra (25), un mendocino que participó de una charla con un libro viviente en un café del centro mendocino.
Esta conversación se dio en el marco del proyecto biblioteca viviente, una idea desarrollada por la organización no gubernamental Oajnu -Organización Argentina Jóvenes por las Naciones Unidas, con sede en Mendoza- y que replica una iniciativa que ya se ha practicado en otros lugares del mundo como Dinamarca, donde nació la idea, México, Brasil, Estados Unidos y Australia, entre otros.
Rodrigo París, uno de los organizadores de este evento -innovador en la provincia y en el país-, aportó más detalles: "Acá no hay libros, sino personas que cuentan su propia historia, lo que permite romper prejuicios o estereotipos relacionados con diversos temas".
Así, estos "libros vivientes" cuentan sus experiencias de vida, las cuales pueden ir desde una profesora de Ciencias Políticas que cuenta su trabajo en la cárcel mendocina hasta una joven que padece esclerosis múltiple, pasando por couch surfers -viajeros de todo el mundo que duermen en sillones de desconocidos-, scouts, oncólogos o psicoterapeutas alternativos.
"A veces nos cuesta encontrar personas que quieran compartir situaciones de su vida, porque muchas veces es muy difícil quedar tan expuestos. Pero después la idea les gusta y se van prendiendo", explicó París.
La iniciativa -que tuvo una experiencia piloto previa- cada vez está prendiendo más en la sociedad mendocina, tanto que los chicos de Oajnu tendrán un stand en la Feria del Libro mendocina. Serán los miércoles 17, 24 y 31 de octubre y los sábados 20 y 27 de octubre y 3 de noviembre.
Libros por catálogo
El sistema para charlar con un libro es bastante sencillo. La gente llega, y elige en un catálogo el tema que más le interesa. Como la charla es en un bar, se sienta a donde está el libro elegido y escucha la experiencia, que dura no más de treinta minutos, con la posibilidad de hacer preguntas. Luego, se puede repetir con otro libro.
"Más allá de enfrentar a la gente con los estereotipos la idea es cambiar el conservadurismo que existe en Mendoza", dice Rodrigo, quien le deja lugar en la entrevista a Serena Bertini, una italiana que está realizando un voluntariado en la provincia y que se sumó a esta idea.
"Me gusta el hecho de ser un libro. Me gusta la metáfora", cuenta Serena en un perfecto castellano y agrega: "Trabajo con niños en barrios marginales brindando apoyo educativo en espacios no formales".
En tanto, Verónica y Mariana relataron su experiencia como lectoras. "Hablamos con la profe de la cárcel. Queríamos saber si su trabajo realmente sirve para lograr la reinserción de los presos y día a día en general. Para nosotros esto es una buena herramienta", opinaron.
Josine van Kesteren (25) es holandesa y también participó de la biblioteca viviente como libro. Contó que las preguntas que le realizaron sus lectores tenían que ver con los prejuicios que los argentinos tenemos respecto de su país, pero también relató la situación contraria.
"Me preguntaron cómo es Holanda, qué comemos, si fumamos marihuana en cualquier lado o si somos todos rubios", dijo Josine y agregó que sus prejuicios giraban en torno al consumo de la carne, a las protestas sociales y hacia la cultura futbolística.
Por último, Alejandro Saavedra explicó sus vivencias como lector. "Charlé con un terapeuta alternativo que trabaja con algunas drogas que permiten sacar traumas del inconsciente para tratarlos. Fue muy loco porque nos contó que hay drogas que son muy útiles medicinalmente hablando", deslizó.
Quienes quieran participar de esta iniciativa pueden comunicarse al 156093226 (Rodrigo Paris) o bien al e-mail
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