La biblioteca Pedro Arce festeja 100 años y espera su sede propia

Hoy, en la sede de carril Sarmiento 1.950, distrito Las Tortugas, se lanzará una campaña de amigos de la institución, para incentivar la construcción del nuevo local.

La biblioteca Pedro Arce festeja 100 años y espera  su sede propia

Autoridades y socios de la Biblioteca Popular Pedro Arce, enclavada en el carril Sarmiento, del distrito Las Tortugas, viven un momento de alegría al cumplir la entidad durante este año un siglo de vida.

Pero, el centenario de labor tiene una contracara, y lo constituye el hecho de no tener edificio propio, circunstancia que limita su accionar, al punto de no tener la tradicional sala de lectura que caracteriza a estos establecimientos.

La Arce nació en 1914 en otro lugar y con otro nombre. El matrimonio español compuesto por Agustín Riera y Josefa Marca Texes la crearon con el nombre de Bernardino Rivadavia en una vieja casa (que ya no existe) en la calle Belgrano, entre Guido Spano y la actual Aconcagua.

En 1950 se cambia el nombre por el de General San Martín , con aprobación de la Comisión Protectora de Bibliotecas Populares (Conabip). En 1958 se muda a Colón 170, de la ciudad de Godoy Cruz, local cedido por la parroquia San Vicente Ferrer.

Años más tarde, en 1966, mutó de nombre pasando a denominarse Tomás Godoy Cruz, y finalmente en 1976, la entidad adquiere su nombre actual, Presbítero Pedro Arce, en honor al cura párroco que colaborara activamente en su funcionamiento.

Pero las mudanzas continuaron y en 1998 se traslada a la calle Alberti 973, del barrio Metalúrgico, hasta que finalmente en julio de 2008 se posiciona en el reducido local que actualmente ocupa, en carril Sarmiento 1950.

La bibliotecaria Iris Sapaag (49) y el presidente de la comisión cooperadora de la Arce, Alfredo Verzi (65), quien también es tesorero de la Federación Mendocina de Biblioteca Populares, explican que el servicio se brinda lo mejor que se puede. "Pero en un espacio de apenas 60 m2, los libros se amontonan y no se puede brindar sala de lectura ni realizar actos culturales como sería nuestra intención", explican los 2 emprendedores.

A la biblioteca, que posee un acervo de 12.000 ejemplares, llegan vecinos de los barrios vecinos, especialmente del Covimet, Metalúrgico, La Perla, Agua y Energía, D'Amore y hasta de Maipú. Muchos lo hacen por el placer de la lectura y otros concurren a retirar libros de textos para sus hijos, que están en la primaria o secundaria.

Algunos pasos se han dado para concretar el sueño de la casa propia. Uno de ellos, muy importante, lo dio la Municipalidad de Godoy Cruz al donar un terreno de 250 m2 en en el cruce de las calles Caseros y Corrientes del barrio D'Amore, a 10 cuadras de la actual locación. También se dispone de un proyecto para la construcción de la sede, que prevé un generoso salón, utilización de iluminación natural y la conservación de árboles existentes en el terreno.

Lo que falta es el monto para la inversión, que no puede salir de la cuota societaria ni de los limitados subsidios que recibe la biblioteca, que se agradecen, pero no alcanzan.

La Coprobip local aporta $ 6.000 anuales y la Conabip (nacional) entrega $ 13.000 por año, mientras que la comuna godoicruceña se hace cargo de un porcentaje del alquiler que se paga actualmente.

En 2007 se generó una expectativa, cuando la administración del entonces presidente Néstor Kirchner anunció la cesión de una partida de $ 250.000 para la construcción, pero finalmente, y a pesar de múltiples reclamos de la ONG, el dinero no llegó.

Es tan urgente el tema del edificio propio, que hoy, a partir de las 19, en la sede del carril Sarmiento se producirá el lanzamiento de la campaña Amigos Empresarios de la Biblioteca Popular Pedro Arce. En la ocasión y en la condición de padrinos del espacio cultural concurrirán los empresarios Gabriel Zakalik, Pablo Montilla, Hernán David y Gonzalo Elías. "Con esta promoción -dijo la bibliotecaria Sapaag- intentamos captar empresarios, comerciantes y vecinos que se interesan en la cultura popular, que en nuestra realidad significa construir una casa para los libros".

Además, a través de las redes sociales, se lanzó el operativo del socio benefactor, habilitando una cuenta para la recepción de donaciones monetarias.

Por último, la directiva de la organización invitó a los jóvenes de las barriadas del entorno a sumarse al emprendimiento y colaborar en las tareas que se avecinan. Sostienen que la sede es chica, pero el entusiasmo muy grande.

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