La sociedad está atravesada por necesidades perentorias y requerimientos materiales, muchos de los cuales no se pueden eludir, especialmente en el caso de los que menos tienen.
Si a las diferentes carencias que sufren diferentes sectores de nuestra comunidad le agregamos la privación de algo tan sencillo como leer un libro, la situación se complica más y la marginación agranda su brecha.
Por eso consideramos a las bibliotecas móviles como un aporte muy particular, no sólo dentro de los servicios bibliotecarios, sino también en el marco de las prestaciones que pueden beneficiar a poblaciones que por su ubicación en la periferia de las ciudades o en la zona rural, no pueden acceder a ofertas culturales o de entretenimiento.
Técnicamente podemos definir la biblioteca móvil como un servicio bibliotecario incluido en una unidad administrativa que, mediante una colección organizada y procesada de documentos, gestionada por personal capacitado, con la ayuda de medios técnicos y materiales precisos y el apoyo de la base central de la que procede, se vale de un medio de transporte para acceder físicamente a lugares o grupos sociales ajenos a una prestación bibliotecaria estable, con el objetivo de hacerles partícipes de los beneficios de la biblioteca pública.
Desde hace un tiempo ya prolongado, barrios y entidades comunitarias de diferentes lugares de la provincia, reciben el aporte de una biblioteca que se desplaza en un vehículo utilitario con un importante acervo de libros para compartir con un universo de lectores.
Los circuitos regionales de promoción de la lectura a través de la biblioteca móvil promueven la llegada al libro y la animación a la lectura a sitios en los que no se accede a las bibliotecas por razones geográficas, sociales o económicas.
Es una creación muy ingeniosa de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip), que se enlaza con el trabajo cotidiano y continuado de las casas de los libros de los departamentos. La unidad automotriz traslada su propio caudal de obras, que se enriquece con los aportes que las bibliotecas les efectúan en cada jurisdicción.
El bibliomóvil es un vehículo equipado como biblioteca circulante y es también un pequeño centro cultural que cuenta con material bibliográfico y multimedial para niños, adolescentes y adultos, además de equipamiento informático y multimedia. También se acompaña todo el circuito con talleres, actuaciones de elencos de títeres y animaciones.
En los últimos años, una gran animadora de esta propuesta ha sido la Biblioteca Popular Municipal Juan Bautista Alberdi. La institución de Luján de Cuyo ha recibido con cierta frecuencia de la Coprobip la cesión de la biblioteca móvil por un determinado tiempo y le imprimió su propio sesgo para que la atención fuera más diversificada y ampliada, al punto que en determinadas ocasiones, además de prestarse ejemplares, animadoras de la lectura leen obras a públicos infantiles y adolescentes.
Por otra parte, para fortalecer la promoción de la lectura y que todas las bibliotecas populares de la provincia de Mendoza tengan acceso al bibliomóvil, se firmó un convenio de colaboración entre la Secretaría de Cultura provincial y la Alberdi a fin de que el rodado con obras llegue a la mayor cantidad posible de lugares del territorio mendocino.
Esta unidad estará en nuestro territorio durante seis meses recorriendo los departamentos, facilitando el contacto con el libro y la animación a la lectura a sitios en los que no es habitual disponer de las bibliotecas por razones geográficas, sociales o económicas.
Hay que hacer una apuesta fuerte para que la lectura y todas las otras ventajas propias de la biblioteca pública lleguen a la totalidad de los ciudadanos. Hoy por hoy, para los segmentos poblaciones menos favorecidos, la mejor opción lo constituyen las bibliotecas móviles.