Cuentan en Guanajuato que hace muchos años, Ana y Carlos se amaban fervorosamente. Para su desgracia, el padre de la enamorada no estaba de acuerdo con esa relación y amenazaba a su hija con encerrarla en un convento o mandarla a España para casarla con un viejo si insistía con ese hombre.
Ante la imposibilidad de encontrarse con su amada, Carlos urdió un plan. Así, consiguió entrar a la casa de enfrente y como el callejón era muy angosto, los balcones del primer piso, casi se tocaban. Pudieron verse y besarse, hasta que el padre de ella los descubrió y mató a su hija con una espada.
Esta leyenda, está contextualizada, en un callejón que se aposta en el centro, en las faldas del cerro Gallo, conocido como "del beso". Mide apenas 68 cm, por lo que sus balcones están muy próximos. Por supuesto que durante las callejoneadas se llega hasta este punto urbano de renombre internacional. Por supuesto también que todas las parejas se dan allí el beso de la buena suerte que, aseguran, garantiza 7 años de amor.