El secretario de Seguridad, Sergio Berni, responsabilizó hoy al club Boca Juniors y al gobierno porteño por los incidentes ocurridos ayer en la Bombonera en el Superclásico jugado por los octavos de final de la Copa Libertadores de América, suspendido antes del inicio del segundo tiempo, al asegurar que hubo "una falla en la organización del evento".
En diálogo con las radios Mitre y La Red, y más tarde en rueda de prensa, consideró que también hubo "negligencia" de la Conmebol por no haber suspendido el cotejo "al instante" de cometida la agresión con "gas pimienta" contra jugadores de River.
Además, aseguró que "se hizo la denuncia judicial correspondiente" y advirtió que se revisarán "todas las imágenes del estadio para identificar quién fue el responsable de este hecho vandálico".
"En primer lugar, (hubo) una falla en la organización del evento", manifestó Berni y argumentó que "la Policía está entre el campo de juego y los espectadores. Entre los espectadores, nunca está la Policía. Los clubes tienen que contratar la seguridad privada para el manejo y la supervisión de todo lo que pasa en el sector de los espectadores".
Al mismo tiempo, consideró que se trató "una operación orquestada" y agregó: "No nos comamos todas las operaciones que se están realizando para sacarle las responsabilidades de encima al club Boca Juniors". "Nosotros le explicamos a los directivos del club que no pueden seguir con esta política de autorregulación de las hinchadas, con la autorregulación de los negocios que se generan con el fútbol. Estos son los resultados", acotó.
El funcionario kirchnerista también culpó a "las autoridades del Gobierno de la Ciudad (de Buenos Aires), que son los que habilitan el estadio" y adujo que "ni la cancha de Boca ni la de River tienen autorización permanente".
"Organizan espectáculos, se pelean por repartirse la plata pero nadie se hace cargo", protestó al generalizar su crítica.
Berni, quien asistió al Superclásico, también opinó que hubo "una total negligencia por parte de las autoridades de la Conmebol, que son quienes deberían haber tomado una decisión rápida en cuento a si seguía o no el partido de fútbol con 50 mil personas con los ánimos caldeados".
"De manera incomprensible, no daban una definición. Tuve que convocar al dirigente de la Conmebol y explicarle que estaba actuando con imprudencia y negligencia, y que le daba cinco minutos para que tomara una decisión", relató.
Por otro lado, en rueda de prensa, comparó la violencia en el fútbol con la situación de un paciente enfermo al manifestar que "las enfermedades hay que erradicarlas de raíz". "Hay que cortar e ir a fondo. Si no vamos al hueso esto no se soluciona. Suspender es dar un antipirético. Acá hay que tomar a todos los actores y que de una vez y para siempre cooperen con la justicia", señaló.
Al referirse al producto con el que fueron agredidos los jugadores de River, sostuvo que "todo indica que es una suerte de gas pimienta, es una sustancia que genera una irritación muy importante en la mucosa y, aparte de producir vómitos, produce una broncoconstricción importante". "No podíamos entender cómo las autoridades de la Conmebol, al instante que eso se produjo y vieron la situación de los jugadores... cualquier persona con sentido común sabe que un jugador así no puede seguir", concluyó.
Anoche, en el partido de vuelta por los octavos de final de la Copa Libertadores de América, el plantel de River salía al campo de juego tras el entretiempo y fue agredido por un grupo de hinchas, aparentemente con gas pimienta, lo que afectó notoriamente a cuatro futbolistas: Leonardo Ponzio, Ramiro Funes Mori, Leonel Vangioni y Matías Kranevitter.
El encuentro estaba igualado 0-0 y a los "millonarios" le bastaba para clasificar a los cuartos de final, por el 1-0 logrado la semana anterior en el Monumental.
