Bernardo Stamateas: “Tener habilidades afectivas es una señal de éxito”

El psicólogo, pastor y autor éxito en ventas visitó la provincia para dar una charla. En este mano a mano con Los Andes, un recorrido por su último libro, "Más gente tóxica" y sus próximos proyectos.

Bernardo Stamateas: “Tener habilidades afectivas es una señal de éxito”

Si hay que hablar de liderazgo y superación personal, Bernardo Stamateas es una de las voces más autorizadas en nuestro país. Medio centenar de libros publicados parecen avalarlo como una de las personas más consultadas a la hora de saber, o aprender, cómo vivir bien.

Además de pertenecer al exclusivo club de los escritores de best sellers de autoayuda, Stamateas recorre el mundo brindando conferencias sobre los temas más variados y en los ámbitos más diversos. Esta semana visitó una vez más Mendoza, para dar una charla organizada por el Grupo Sancor Seguros. En ocasión de ese encuentro, en el que habló sobre cómo administrar las emociones, mantuvo un mano a mano con Estilo.

Stamateas destaca que la mayoría de sus libros nacieron de los comentarios de la gente. Recibe en su e-mail abundantes opiniones, agradecimientos y consultas todos los días. Sin embargo, él no se considera ninguna clase de gurú espiritual o algo similar. Por el contrario, se define como un motivador. Va en contra de todo “optimismo estúpido”, como él lo llama, que inunda el ánimo de las personas con soluciones simplistas, de tipo “estoy bien, amate, querete, cuidate, abrazá un árbol, sé feliz”.

Con un espíritu de puro pragmatismo, que se deja traslucir en palabras como “administración”, “gestión” y “aprendizaje”, nuestro entrevistado aboga por un “optimismo inteligente”.

“Ese optimismo dice que uno puede tener problemas pero también puede elegir cómo responder, cómo construir. Puedo evaluar qué puedo hacer, asumiendo que no puedo controlar todo pero puedo controlar algunas decisiones. Por ejemplo, no podemos controlar el tiempo pero decidimos si salimos con paraguas o no, no podemos controlar el tráfico pero podemos decidir qué camino tomar”, explica el escritor.

En este punto es donde él aparece, con un lenguaje sencillo, para brindar, como en un recetario, consejos para solucionar los problemas que aquejan a la gente. Sus libros hablan, por ejemplo, sobre cómo mantener relaciones interpersonales sanas, sobre las emociones, el auto boicot, el autoestima y la religión. “Los libros no le cambian la vida a la gente”, decreta convencido, “simplemente son disparadores para pensar temas”.

-Tu último libro se llama "Más gente tóxica", ¿qué agrega a tu libro anterior? ¿Hay más gente tóxica o hay nuevos tipos de toxicidad?

-Hay nuevos y hay más. Lo demuestra el hecho de que los libros están en 15 idiomas. Ahora salió en griego, en rumano, en chino mandarín... hay tóxicos en todo el mundo, parece. Y en Alemania también, muchos, porque está siendo best seller. La gente tóxica es la que te nivela para abajo, la que te mete miedo, culpa, que necesita que el otro esté mal para sentirse bien ellos. En el primero puse los estereotipos clásicos, como el quejoso, el negativo, el psicópata, el narcisista, el envidioso, entre otros.

En este profundizo en algunos y agrego otros. Por ejemplo, como el triangulador y el tóxico de las redes sociales, que es el tipo de tóxico que abre la computadora y hace un desplazamiento de frustración, agrediendo a quien se le cruza en ese momento. Pero espero no escribir un  “Más más gente tóxica”...

-Esa palabra está presente en la mayoría de tus libros, ¿no te da un poco de miedo que una persona que no te conozca piense que te estás repitiendo?

-No, es una saga. Por supuesto que el término no lo inventé yo, es un término popular. La gente, cuando lee los libros, se dice a sí misma “yo soy tóxico, me identifiqué con todo”, pero eso nos pasa a todos. Una persona tóxica no se identifica como tal. Además, el libro es exitoso porque genera una introspección en cada lector, que va viendo qué tanto tiene de cada uno de los estereotipos.

-¿Hay algún tema que estés por abordar en un próximo libro y que no hayas tocado anteriormente?

-Ahora estoy escribiendo sobre el tema de los amantes y sobre las metáforas terapéuticas. Abordo el tema de cómo todos nosotros pensamos a nivel metafórico y hablamos con metáforas. Por ejemplo, cuando decimos “Estamos peleando” es una metáfora bélica y cuando decimos “Estoy frito” es una culinaria. Ellas definen nuestros paradigmas mentales, nos condicionan el pensamiento. Si cambiamos las metáforas podemos pensar de otra forma.

¿Cómo salimos de un laberinto? Poniendo una escalera y subiendo hacia arriba. Hay que buscar la forma de encontrar esa escalera, que nos permita salir del laberinto. También estoy escribiendo sobre adolescencia. Soy una persona muy curiosa. Yo estoy con gente todo el día y aprendo de todos. La vez pasada estuve en Washington y cuando llegué di una charla en La Matanza. El corazón humano es el mismo, salvando algunas diferencias económicas que tenemos.

-¿De qué hablaste en la charla que diste en Mendoza?

-Hablé de cómo gestionar las emociones, básicamente. Todos somos líderes, porque liderazgo es influencia, y todos influenciamos en algún ámbito de nuestra vida, y un buen líder tiene que aprender a gestionar su propia emocionalidad y la del otro. Entonces, administrar las propias emociones es un rasgo de salud mental. Hablé de temas como la frustración, la toma de decisiones, la inseguridad, de cómo fortalecer la estima, que es el capital más valioso que tenemos.

Cuando una persona puede gestionar sus emociones, gana seguridad, gana capacidad de razonamiento y eso hace que trabaje mejor con el otro, en la familia y en el trabajo. Una persona puede tener muchas habilidades técnicas y nada de habilidades afectivas. Te contratan por tu capacidad y te despiden por tu carácter. Hoy la gente está detrás de las habilidades afectivas. Tener habilidades técnicas y habilidades afectivas es una señal de éxito.

-¿Y qué otras cosas ves que busca la gente hoy?

-Hay mucha gente con deseo de construir optimismo inteligente. Además, desde el plano de la pareja, la gente quiere resolver crisis y, dentro del ranking de crisis, los principales problemas en la pareja son los celos, la infidelidad y la violencia. Y en un nivel de relaciones personales, los duelos. La gente tiene mucha dificultad a la hora de elaborarlos.

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