9 de julio de 1816. En Tucumán, el Congreso General Constituyente declaraba la independencia de España y de toda potencia extranjera.
Pero mientras eso sucedía en “el jardín de la república”, en Mendoza, el brigadier Bernardo O'Higgins conducía el destino de las provincias de Cuyo.
Esta es una historia poco conocida y, gracias a que el patriota chileno llevaba un diario personal, podemos saber con detalles lo que ocurrió en nuestra provincia durante aquellos días tan trascendentes para el país.
Radiografía de un patriota
O'Higgins nació en Chillán el 20 de agosto del 1778, fue hijo del virrey del Perú y capitán general de Chile, Ambrosio Higgins de origen irlandés.
En 1794, partió hacia el Reino Unido para complementar sus estudios. Allí, conoció a Francisco de Miranda, quien se convirtió en su amigo, luego viajó a España y posteriormente regresó a Chile.
En 1810, se adhirió a la causa patriota y bajo el mando de José Miguel Carrera, combatiendo en varias batallas. Luego del desastre de Rancagua y la pérdida del territorio chileno por los patriotas, como muchos de ellos partió a Mendoza a establecerse.
Inmediatamente, el flamante gobernador de Cuyo coronel José de San Martín entabló una amistad con O'Higgins que ésta perdurará hasta el final de sus días.
En 1817 realizó el cruce de los Andes y tuvo una gran participación en la batalla de Chacabuco. Posteriormente, fue nombrado Director Supremo de ese país hasta su renuncia en 1823 y su posterior exilio en Perú. Murió en Lima el 24 de octubre de 1842.
En el sillón de San Martín
En 1816, el brigadier O'Higgins ocupó interinamente y en varias ocasiones la gobernación de Cuyo, tanto el mando militar como, indirectamente, el político.
A fines de junio de ese año, el gobernador San Martín debió marcharse a Córdoba para reunirse con el Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón, quien vendría desde Tucumán para conversar sobre los planes a seguir luego de declarada la independencia de las Provincias Unidas de Sudamérica. ¿Pero qué actividades tuvo el patriota trasandino en esos días? Veamos.
El 28 de junio, O'Higgins se posicionó al mando de la provincia; en los primeros tres días de julio, tuvo una reunión con los jefes de las milicias locales y con el encargado político que dependía del Cabildo. También, estuvo en varias oportunidades, en el campo de instrucción durante la ampliación del mismo, y se reunió con Manuel Corvalán y Saturnino Sarasa encargados de aquella obra.
Otra de las actividades que ejecutó fue la de recibir al mayor Antonio Arcos quien, recién llegado de Buenos Aires, se incorporó al ejército. Hasta allí todo era rutinario para el gobernador interino, pero días después se convertiría en el principal protagonista de uno de los más importantes eventos patrióticos que se produjeron en la provincia.
El día de la independencia
El 18 de julio por la tarde, un jinete trajo por el correo extraordinario una gran noticia en donde inmediatamente le fue comunicada al gobernador interino. Se trataba de una comunicación desde Tucumán del Director Supremo que manifestaba que los miembros del Congreso reunidos el 9 de ese mes habían declarado la independencia.
A las 21 horas, O'Higgins dio la orden que los templos hicieran sonar sus campanas por tal festiva noticia y a la mañana del día siguiente, al salir el sol, se dispararon 14 salvas por parte de la artillería que se repitió al mediodía y en el ocaso.
El día 20, el brigadier O´Higgins, el cabildo y todas las tropas incluidos 300 granaderos a caballo, asistieron para el festejo de la declaración emancipadora. Se ofició una misa de gracias en el templo de la iglesia Matriz y en la plaza mayor se procedió a disparar 3 salvas de artillería, mientras que los batallones de infantería descargaron sus fusiles.
Al finalizar la ceremonia se leyó una proclama en donde el pueblo y los efectivos militares al mando del entonces coronel Juan Las Heras, exclamaron: ¡Viva la independencia! ¡Viva la Patria!
El 25 de julio, el gobernador interino O'Higgins junto a los funcionarios del cabildo, clérigos y militares concurrieron a la ceremonia de conmemoración del patrono Santiago Apóstol.
En el templo principal, se realizó una solemne misa que concluyó con una gran procesión a la que asistió gran parte de la ciudadanía.
Como era de costumbre, los festejos finalizaron con corridas de toros en la plaza mayor -actual Pedro del Castillo- en donde se montaba una improvisadas gradas para dicho evento.
El 31 por la tarde, el gobernador intendente José de San Martín llegó a la ciudad para ocupar nuevamente el mando de la provincia.
Una semana después, se repetirá la ceremonia de la declaración de la independencia y se tomará el juramento del acta del 9 de julio ante las tropas y el pueblo mendocino.
