Bermejo se hizo responsable de la derrota del justicialismo

El candidato también agradeció a su compañero de fórmula, Diego Martínez Palau, al gobernador Pérez y a la militancia, por su esfuerzo. Enojo K por el desdoblamiento.

Bermejo se hizo responsable de la derrota del justicialismo

“Yo asumo toda la responsabilidad. No tengo a nadie a quién echarle la culpa”, dijo en un momento de su corto discurso el candidato a gobernador por el Frente para la Victoria, Adolfo Bermejo, poniéndose al frente de cualquier crítica.

Por otro lado, militantes y funcionarios hacían otra lectura. “Sólo mírenos la cara, no haga preguntas”, se atrevió a decir cerca de las 20 del domingo un funcionario del Gobierno provincial de segunda línea, para graficar en primera persona cuál era el ánimo en el búnker justicialista, a una hora de que apareciera el candidato a gobernador, Adolfo Bermejo, a reconocer la derrota, algo que hizo acompañado por su compañero de fórmula, Diego Martínez Palau y por el actual gobernador Francisco Pérez quien, junto a todos los miembros del gabinete, llegó al hotel Intercontinental para asumir el duro revés que sufrió el Frente para la Victoria a manos de Cambia Mendoza.

El anuncio de Bermejo se hizo apenas quince minutos después de que en las pantallas del recuento oficial de votos comenzaran a aparecer los resultados que ya tornaban irreversible la tendencia.

Antes, desde las 18, todo el PJ jugó a las escondidas, sin dar demasiada información aunque, en algunos casos, con una estrategia de difundir datos que dictaminaban un empate técnico en la provincia. “Estamos empatando, hay sólo mil votos de diferencia”, decía alguien.

“Nos separan dos puntos, eso significa que estamos dentro del margen de error”, lanzaban otros dirigentes esperanzados en que pasara algo similar a lo que ocurrió en Santa Fe una semana atrás, en donde la paridad entre los contendientes sí fue casi total.

Sin embargo, y a pocos minutos de las 21, un murmullo fue creciendo en el salón en donde todo estaba preparado para la conferencia de prensa.

Ese murmullo hacía resonar malas noticias. “Perdimos Malargüe”, decía uno. “En Guaymallén estamos muy mal”, informaba otro. “En Las Heras estamos muy complicados”, se resignaba un tercero. El que más ruido hizo fue: “Dentro de diez minutos llegan los candidatos para reconocer la derrota”.

Rápido reconocimiento

La idea era hacer una alocución rápida y evitar cualquier situación traumática, aunque ni siquiera esa táctica iba a resultar.

“Venimos simplemente a reconocer nuestra derrota y el triunfo de Cambia Mendoza”, se apresuró a decir Bermejo, tras explicar que ya había llamado a Alfredo Cornejo y le había transmitido la felicitación correspondiente.

En ese momento el ahora ex candidato, tuvo que hacer callar algunos silbidos para enfatizar que su forma de actuar siempre fue de sumo respeto.

Luego inició una serie de agradecimientos, empezando por Martínez Palau, con quien se comprometió a “seguir trabajando” desde el lugar donde les toque; también a ambas familias y a la militancia, aunque en ese caso pidió “disculpas al peronismo” por haber perdido, haciéndose responsable de la caída dado que, a su entender, “faltó convencer a mucha gente”.

Entre los agradecimientos, el que siguió fue el que le hizo a Francisco Pérez y eso generó algunos silbidos y algunos gritos que él mismo trató de morigerar.

Si bien se dijo que el que insultaba a Pérez “era una persona que no está bien de razón”, lo cierto es que fueron varios los silbidos y voces que achacaron al actual gobernador la situación.

Tras el pequeño discurso y el saludo final, Bermejo y Martínez Palau se fundieron en un abrazo y acto seguido comenzó una especie de procesión de dirigentes que acudieron a consolarlos.

Los primeros en subir al escenario fueron los kirchnersitas Anabel Fernández Sagasti y Guillermo Carmona -quienes ignoraron a Pérez-, y después varios integrantes del gabinete.

Esa instancia, en la que parecía casi como que todos le entregaban una especie de pésame a los candidatos, provocó que Bermejo se quebrara y rompiera en un llanto desconsolado, por lo que tuvo que salir acompañado por varios colaboradores y amigos, con la desazón a cuestas. Sólo quedaron con los periodistas Pérez y Martínez Palau, pero tras las declaraciones, también abandonaron el salón.

Por el desdoblamiento y la estrategia cornejista

Muchos dirigentes ponderaban “la buena estrategia” de Cornejo para derrotarlos. “Supo polarizar. Supo aglutinar a toda la oposición en contra nuestra y eso le dio el triunfo”, aseguró un funcionario cercano al gobernador Pérez, quien de todos modos analizó que “existen etapas y se nota que está comenzando una nueva”, aludiendo a los procesos hegemónicos que se dan en política.

Ese mismo funcionario reconoció que “en cuatro años y sin reelección, se hizo difícil armar una buena estructura”, pero deslindó responsabilidades de la gestión y tuvo algún reconocimiento a que el desdoblamiento pudo haber traccionado en contra, aunque “poco se podía hacer cuando casi todos los intendentes querían desdoblar las elecciones”.

Desde otra visión, un dirigente ligado al kirchnerismo criticó la estrategia de adelantar las elecciones, a la que consideró “apresurada” en su momento, pero sobre todo cuestionó la decisión del pasado 28 de febrero, cuando el oficialismo del PJ decidió una fórmula en soledad. “Se perdió un mes de campaña por eso” dijo, enojado, el referente kirchnerista.

Pero ahora el Frente para la Victoria comienza a pensar en las elecciones de senadores y diputados nacionales, en las que también se elegirá a los miembros del Parlasur.

En lo que ambos dirigentes coincidieron fue en que la elección nacional que se avecina en agosto y octubre “será distinta” ya que, desde su punto de vista, la oposición “no es la misma” a nivel país y “difícilmente suceda lo mismo que pasó en Mendoza”.

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