El cómico
Beppe Grillo
, convertido en líder del movimiento antisistema que ha sabido canalizar el descontento de los votantes de derecha y de izquierda, pone en jaque a los partidos tradicionales y complica muchísimo la formación de un gobierno.
En su primera aparición pública tras las elecciones, Grillo frenó las aspiraciones de los demás partidos de formar un "supergobierno" de unión nacional, con la izquierda y la derecha, como propone su gran rival, el magnate de las comunicaciones
Silvio Berlusconi
.
"Somos el obstáculo, no podrán ", advirtió. "Podrán continuar siete, ocho meses, provocar un desastre, pero intentaremos tenerlos bajo control", agregó el cómico.
El nuevo "árbitro" de la política italiana, que empezó su carrera en la década de los 1980 en los cabarets, arrolló en la política italiana al conquistar millones de votos con su Movimiento 5 Estrellas en las elecciones legislativas del domingo y lunes, transformándolo en el partido más votado de Italia y en la tercera fuerza política, por detrás de las coaliciones de centroizquierda y de derecha.
Grillo sorprendió al país proponiendo para el prestigioso cargo de presidente de la República -- vacante a partir de mayo-- al personaje más irreverente de Italia, el premio Nobel de Literatura, Dario Fo.
Su movimiento contará con 109 diputados (de un total de 630) y con 54 senadores (de 315), un peso notable que le convierten en el nuevo fenómeno de la política italiana.
Más de un cuarto de los electores han votado por el humorista, que no pisará el Parlamento, porque decidió no presentarse tras haber sido condenado como responsable de un accidente de tráfico que causó la muerte de tres personas.
"Triunfó el voto de protesta", comentó Paolo, un estudiante romano de 25 años, uno más de los millones de electores que han decidido enviar una señal muy clara a los partidos tradicionales.
Líder de "los indignados"
Para algunos intelectuales de extrema izquierda, Grillo es el líder de "los indignados" italianos, con su discurso atropellado y sus denuncias contra la clase política y a favor de la "honradez", la "enfermedad histórica" de Italia, sacudida desde hace más de veinte años por numerosos escándalos de corrupción.
Acusado de populista y demagogo, Grillo promete entre otras casos un salario mínimo para los desempleados y reducir la semana laboral a 20 horas.
En su encendido discurso de cierre campaña, en la histórica plaza de San Juan de Letrán, en Roma, enumeró los principales puntos de su programa: no a la Unión Europea, no a la privatización de la educación, del agua y la salud y se pronunció a favor de la energía verde y contra las grandes obras públicas.
El cómico que se comunica con sus seguidores a través de Twitter y de una plataforma en internet, "La Cosa", se niega sin embargo a hablar de escenarios políticos futuros.
"Iremos reforma a reforma", explicó rodeado de periodistas de todo el mundo desde su casa a las afueras de Génova (norte).
El nuevo líder de la política italiana escogió un ejército de voluntarios, amas de casa, profesionales, estudiantes y desempleados como candidatos al Parlamento, que se niegan a ser tratados de "honorables".
"Somos empleados del pueblo italiano, somos ciudadanos", declaró Alessandro Di Battista, uno de los recién elegidos.
"Nuestro programa fue elaborado en la red. Es un programa basado en el sentido común, con ideas buenas para la colectividad", aseguró, y adelantó que Grillo volverá a trabajar en los escenarios como cómico. "Caminaremos con nuestros propios medios", agregó.
Frente a la crisis del euro, Grillo lanza dos ideas que aterran a toda la zona euro: que Italia forme parte del grupo de países de sur de Europa con un "euro débil" y dejar de pagar la colosal deuda pública (120% del PIB, 2 billones de euros, 2,7 billones de dólares).